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Nº 163 - 16 de diciembre de 2010

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Jóvenes y adultos siguen incurriendo en conductas de riesgo
La infinita relevancia de prevenir

  • Ahondando en la importancia del autocuidado, la doctora Adela Montero, directora del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente, CEMERA, impartió una charla a los funcionarios de la Facultad de Medicina respecto de las infecciones de trasmisión sexual.

La doctora Montero dio a conocer los distintos agentes trasmisores de estas infecciones.

El encuentro se realizó el 9 de diciembre de 2010 en el marco del segundo ciclo de charlas dirigidas al personal de colaboración que anualmente organiza la Subdirección de Extensión del Instituto de Ciencias Biomédicas de nuestro plantel. En la oportunidad, la doctora Montero explicó los mecanismos de trasmisión de estas infecciones, como son todo tipo de unión de mucosas entre personas de igual o diferente sexo. Luego, ahondó en la magnitud que alcanza el problema en nuestro continente, produciéndose anualmente 50 millones de nuevos casos al año sólo en las Américas; 330.000 mujeres embarazadas a las que les da sífilis, lo que redunda en 110.000 casos al año de niños nacidos con sífilis congénita.

Posteriormente, se refirió a que estudios de carácter nacional dan a conocer que del total de casos notificados anualmente, un 60% de los afectados son mujeres y un 40% hombres, “lo que no es necesariamente representativo de la realidad, porque no todas estas infecciones se notifican y no todas las personas acuden al médico”, explicó la doctora.

Después, explicó que los agentes trasmisores de estas infecciones son distintos tipos de bacterias, hongos, virus, protozoos y ectoparásitos. Las ITS más frecuentes en nuestro país son la sífilis, gonorrea, uretritis no gonocócica, condilomas acuminados, herpes genital y trocomoniasis, y todas ellas producen consecuencias a largo plazo y de distinta gravedad, como la infertilidad, mayor riesgo de embarazos ectópicos, procesos inflamatorios pelvianos, dolor pelviano crónico y cáncer de cuello uterino.

Entre los factores de riesgo, la doctora Montero hizo énfasis en la falta de información adecuada y las conductas sexuales sin protección, para luego ahondar en la necesidad de estrategias preventivas como programas de educación sexual, especialmente en los jóvenes y adolescentes. Esto, pues diferentes encuestas realizadas por académicos de CEMERA demuestran que, porcentualmente, usan muy pocas medidas de prevención para la trasmisión de estas infecciones.   

Cecilia Valenzuela