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Nº 162 - 6 de diciembre de 2010

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PULSACIÓN SEMANAL

 

El Pulso
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Quiénes somos

La idea es que el docente no enseñe, sólo acompañe
Iniciativa pionera en
aprendizaje autogestionado

  • Con el fin de movilizar las competencias adquiridas durante los dos primeros años en la solución de problemas de salud, y de aportar al desarrollo inicial de habilidades para el trabajo en equipo entre los estudiantes de las carreras ya innovadas, como son Kinesiología y Obstetricia y Puericultura, durante el segundo semestre de 2010 se realizó el primer Módulo de Integración Interdisciplinar Multiprofesional, MIIM.

Profesor Juan Diego Maya

Esta iniciativa, explica el doctor Juan Diego Maya, uno de los integrantes de su equipo técnico creador –junto a los doctores Valeria Sabaj, del ICBM; Julia González, de la Escuela de Salud Pública, y los profesores Sandra Oyarce, de la Escuela de Obstetricia, Verónica Aliaga, de Kinesiología, Silvana Castillo y Gustavo Hawes, del Departamento de Educación en Ciencias de la Salud, además del profesor Sergio Enríquez, profesor encargado del módulo- “también tuvo como metas ensayar habilidades para la toma de decisiones y, por último, movilizar los conocimientos adquiridos previamente por los estudiantes como un medio para la integración de conocimientos de ciencias básicas y clínicas y la incorporación de un proceso de razonamiento científico”.

Así, mediante una plataforma virtual instalada en Aula Digital, los docentes pusieron a disposición de los alumnos tres casos: una paciente embarazada con dolor lumbar y que desarrolló una diabetes gestacional; otra de la tercera edad, con fractura de cadera y complicada con un tromboembolismo pulmonar, y un tercero viviendo con VIH, además de los cuales había personajes que interpretaban a profesionales del equipo de salud y a familiares de los enfermos. Los 140 jóvenes, divididos en grupos de ocho o nueve estudiantes, interactuaron con ellos durante un mes por cada caso, dieron apoyo a los pacientes, discutieron las dudas que éstos les planteaban y, para resolverlas, realizaron búsquedas bibliográficas, hicieron proposiciones, argumentaron y resolvieron sus ideas, se enseñaron y aprendieron entre ellos y, por último, escribieron una breve síntesis en la que propusieron una hipótesis relacionada con el caso que tuvieron que fundamentar en base al conocimiento científico actualizado. 

El profesor no enseña nada

“El principal objetivo es trasladar la responsabilidad del aprendizaje al estudiante. El tutor no enseña nada de la manera en que se entiende tradicionalmente, solo por la vía de acompañamiento, retroalimentación y apoyo, puesto que en esta ocasión se busca potenciar y hacer visible el trabajo del estudiante en el proceso de aprender”, añade. 

“Como el trabajo de cada uno de los estudiantes queda registrado por escrito, nos fue posible evaluar su aporte en diferentes área, como es el manejo de la información, la toma de las decisiones y su capacidad de trabajo en equipo. Así, aún las calificaciones que evalúan el trabajo en equipo son individuales porque es posible apreciar lo que hace o aporta cada uno de ellos al grupo o a la discusión”, explica.

Por eso, y pese a que no hay clases presenciales, el trabajo para los profesores tutores es tanto o más que cuando imparte clases de aula, “porque debemos evaluar las intervenciones individuales a lo largo del tiempo, las síntesis, y contactarnos con el estudiante para alentarlos o guiarlos cuando es necesario, pues es una tutoría muy personalizada”.

Así, señala que la experiencia de aprender y construir el propio aprendizaje es novedosa, puesto que se rompe la relación asimétrica y autoritaria del aula, porque se da espacio al aprendizaje cooperativo, en el cual se aprende solo, del paciente, de los profesionales de la salud, pero también de los otros miembros del equipo, como pares y no en estructura jerárquica”.

Cecilia Valenzuela