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“¿Les gustó?”, pregunta Vanesa Laverde, guía del Museo Interactivo Mirador (MIM), a los niños que cursan segundo básico en el Colegio Raíces Altazor, quienes participaron el miércoles 1 de diciembre en el Taller Huesitos, que se viene impartiendo desde marzo y con mucho éxito en el museo capitalino. A coro responden que sí. “¿Y qué les gustó más?”, les consulta la monitora, a gritos contestan que haber armado el esqueleto y conocido los animales “por dentro”. Incluso, alguno añade pesaroso: “¿Y ya se terminó?”.
La iniciativa fue desarrollada en conjunto entre el equipo de Educación del MIM y académicos del Programa de Anatomía y Biología del Desarrollo del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, particularmente los profesores Miguel Soto y Mariana Rojas.
“Este taller ha tenido una excelente evaluación y ha estado copado durante todo el año, así que estamos muy agradecidos del apoyo que nos ha brindado la facultad al otorgarnos asesoría en los contenidos, prestarnos material de apoyo y capacitar a los guías”, destacó Luz Marina Lindegaard, directora de Educación del MIM.
Valeria Vera, Luz Marina Lindegaard, Dra. Mariana Rojas, Dra. Carolina Smok y Gabriela Lafferte. |
Añadió que para el año entrante pretenden estrechar aún más los vínculos con la facultad: “Tenemos un convenio de colaboración con la Universidad de Chile, dos instituciones con un interés común: educar. Esperamos que con la ayuda de sus académicos continuemos haciendo divulgación científica entretenida, cercana e interactiva”.
El MIM recibe diariamente entre 1.000 y 2.000 niños que provienen de todo Chile, un porcentaje de ellos se inscribe en el Taller Huesitos que culminará a fines de diciembre. “Fue diseñado tanto para pre-escolares, como estudiantes de enseñanza básica y media. Si bien la profundidad con que se aborda la materia es variable, los objetivos generales son los mismos: explicar la función que cumple el esqueleto humano, la necesidad de cuidarlo con una nutrición adecuada y ejercicios constantes y también de compararlo con el de otros animales”, dijo Vanesa Laverde.
Priorizando la extensión
Durante la actividad los niños y adolescentes construyen con radiografías un esqueleto humano, pudiendo observar, asimismo, los huesos de animales que pertenecen al Laboratorio de Embriología Comparada que dirige la doctora Mariana Rojas. “Es interesante porque ello permite a los niños homologar los esqueletos de peces, reptiles y mamíferos con el del ser humano”, comentó la veterinaria.
La doctora Rojas, quien ha colaborado con el MIM en otras actividades como el montaje de la sala Mente y Cerebro, que incluye preparaciones histológicas producidas por la académica, destacó que la extensión es una de las misiones fundamentales de la universidad, que está llamada a vincularse con el medio y a democratizar su conocimiento. “Trabajar con niños es muy atractivo porque tienen una imaginación muy activa y una tremenda creatividad que nos ayuda a ver nuestros problemas científicos desde otra perspectiva”, acotó.
En tanto, la veterinaria Carolina Smok, quien este año inició un magíster en la Escuela de Postgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, gracias al cual está trabajando con la doctora Rojas para especializarse en embriología, destacó que la experiencia de participar en proyectos de extensión, como los de Explora Conicyt y el llevado a cabo con el MIM, ha sido muy gratificante.
“Ver a los niños tan contentos, dispuestos a aprender y a preguntar sin resquemores es algo impagable, sobre todo si consideramos que la educación es el factor primordial del crecimiento de Chile”, apuntó la doctora Smok, quien está encargada de Extensión en el Laboratorio de Embriología Comparada.
Cecilia Coddou |
