Doctora María Eugenia Pinto |
Fue una sorpresa que la embargó de alegría, sobre todo al sentir el cariño que le prodigaron los asistentes al último congreso organizado por la Sociedad Chilena de Infectología (SOCHINF) llevado a cabo recientemente en Valdivia.
Este año, por primera vez, la SOCHINF otorgó la distinción Maestro de la Infectología Chilena a uno de sus miembros, la doctora María Eugenia Pinto, reconocimiento honorífico creado para valorar, bianualmente, al especialista del área de la infectología, microbiología o salud pública que se haya destacado por sus méritos éticos, académicos y científicos. Con este premio se reconoce públicamente la consagración y trayectoria de quien trabaja en interés del paciente, profundiza sus conocimientos a través del estudio y la investigación, y los transmite en forma efectiva a las generaciones subsiguientes.
“Realmente fue muy emocionante y totalmente inesperado. Estaban todos mis alumnos y gente de distintas partes de Chile a quienes he conocido cuando recorrí el país de norte a sur haciendo capacitaciones y dando charlas sobre distintos temas referidos a mi especialidad. La forma tan afectuosa y el cariño desprendido que recibí de todos los miembros de la sociedad me colmó de alegría”, explica la doctora Pinto, quien es jefa del Servicio de Laboratorio Clínico del Hospital Clínico de la U. de Chile.
La especialista señala que el premio la llenó de entusiasmo, fue una inyección de energía. “Más que sentir que se cumple un ciclo la impresión es que queda mucho por hacer y que la responsabilidad es enorme. Por eso hay que seguir con esta tarea para generar ideas, perfeccionar los programas de formación de especialistas de la Escuela de Postgrado en los cuales estoy participando, potenciar el laboratorio que tiene un rol universitario tan significativo y promover los comités que vigilan los problemas de resistencia a nivel nacional”, apunta.
La doctora Pinto recalca que la labor académica unida al ámbito clínico ha sido una fuente de motivación primordial en su vida. “Ser parte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile desde 1971, fecha en que comencé mis labores docentes en el Hospital San Juan de Dios gracias al apoyo de mi gran maestro, el doctor Esteban Parrochia, me ha dado la oportunidad de cumplir con una tarea que me ilusiona día a día”, dice.
Añade que formar personas comprometidas, con valores, que dejan huella por su generosidad y ética, es una fuente permanente de crecimiento espiritual y profesional.
El laboratorio junto al paciente
La doctora Pinto desarrolló una forma de enseñar la microbiología marcada por un estilo propio que cosechó excelentes resultados. Prueba de ello es que sus becados ocupan lugares destacados en diversas instituciones públicas y privadas.
“El microbiólogo suele estar en el laboratorio, sin embargo en mi caso nunca quise perder el contacto con los pacientes, por eso los visitaba, interactuaba con los otros profesionales clínicos, proponía nuevas técnicas diagnósticas y hacía sugerencias. En otras palabras, de a poco fuimos acercando el laboratorio a la cama del enfermo. Esto hizo más atractiva nuestra labor, que fue adquiriendo un significado distinto y que motivó a las nuevas generaciones”, resalta.
La doctora Pinto también se ha dedicado a la investigación, sobre todo en las líneas de diagnóstico microbiano y resistencia en antimicrobianos. “Es prioritario conocer el método científico y enseñar en base al conocimiento generado con datos que surgen del quehacer diario. De hecho, en el programa de Microbiología uno de los requisitos para obtener el título es cumplir con la asignatura de investigación”, apunta.
Finalmente, la especialista, quien es Gobernadora para el Capítulo Chileno del American College of Physicians, fue directora de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, directora del Programa de Microbiología y Micología del Instituto de Ciencias Biomédicas y presidenta de la Sociedad Chilena de Microbiología y de la Sociedad Chilena de Infectología, entre otros cargos, agradece el honor conferido mediante este premio que proviene de un grupo humano que califica de extraordinario y generoso.
Cecilia Coddou |
