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Nº 160 - 22 de noviembre de 2010

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Reciclar, reutilizar y reducir
Las tres R de Campus Occidente

  • En una iniciativa que, esperan, se replique en toda la Facultad de Medicina, esta unidad inauguró cuatro estaciones de reciclaje.

El emprendimiento se hizo realidad gracias al financiamiento de los Fondos Concursables 2009 de la Dirección de Asuntos Estudiantiles y al empuje del Centro de Estudiantes de Medicina radicado en este campo clínico, liderado actualmente por Rodrigo Zúñiga. El proyecto consta de cuatro estaciones de reciclaje, ubicadas estratégicamente al interior de la sede –en la entrada principal, el Hall, junto al casino y en la salida a los estacionamientos aledaños a Farmacología-, en cada una de las cuales hay seis contenedores diferenciados por color, para recibir distintos tipos de elementos reciclables.


Rodrígo Zúñiga y Alonso Díaz, estudiantes de Campus Occidente, muestran el tipo de botellas que se pueden reciclar.

Al inaugurar la implementación de este proyecto, frente al director académico del campus, doctor Renzo Tassara, y su coordinadora docente, doctora Marcela Barría, Zúñiga explicó que, pudiendo reciclarse un tercio de la basura en la Región Metropolitana, actualmente esa cifra alcanza sólo a un 10%. Con la reducción y reutilización de los desechos, añadió, no sólo se evita aumentar la contaminación del medioambiente, sino que se pueden recuperar recursos económicos.

Por eso, este proyecto contempla la recepción diferenciada de desechos reciclables, tales como plásticos, papeles, vidrio, latas y envases de tetra pack, así como su venta a empresas que pueden utilizarlos como materia prima para sus productos. “Esos fondos, que inicialmente no serán significativos, de todas maneras serán útiles para la mantención del proyecto, pues podríamos reinvertirlos en nuevos contenedores para, de a poco, expandir la idea a otros campus”, añade.

A fijarse antes de botar

De esta manera, espera la participación de todos los estamentos en esta iniciativa, colaborando tanto en la entrega de sus desechos –“e, incluso, la pueden traer desde sus casas, por eso hay estaciones cerca de los estacionamientos”, añade-, como en aprender la correcta diferenciación de los productos. Por ejemplo, explica que en cuanto a las botellas desechables hay que buscar en su base el símbolo de “PET-1”, pues éste es el tipo de plástico que se reciclará; “no sirve el de las bolsas de basura ni los envases de yogur; ésos van en el contenedor naranjo, de residuos. Lo mismo en el caso de los papeles: no sirven los plastificados ni los de uso personal como papel de cocina, higiénico o pañuelos”. Por ello, harán charlas informativas tanto para sus compañeros como para los funcionarios del campus, pues los encargados del aseo serán, en el futuro, quienes colaboren en la clasificación final de los productos.

Una vez separados los desechos, serán almacenados en un centro de acopio dentro del mismo campus, hasta su retiro por parte de una empresa especializada. “Nuestro objetivo final es expandir este proyecto a toda la facultad, para que en toda nuestra comunidad universitaria haya un concepto de reciclaje”, finalizó Rodrigo Zúñiga, por lo cual recibió las felicitaciones y el apoyo de los doctores Tassara y Barría.
   
“Tips” para reciclar:

Botellas de plástico PET-1, sin etiqueta ni tapa (esos elementos van en desechos) y aplastadas,.
Botellas de vidrio sin tapas.
Cajas de tetra pack aplastadas.
Latas de bebida o cerveza (no de conservas) aplastadas
Envases de comida van en el contenedor de residuos.