Portada
 
Nº 160 - 22 de noviembre de 2010

Casa de Bello describe, por primera vez, la realidad de los jóvenes chilenos
Leer más..

Las tres R de Campus Occidente
Leer más..

Estudian cómo se adapta el músculo
esquelético a los estímulos externos
Leer más..

PULSACIÓN SEMANAL

 

El Pulso
 © Todos los derechos reservados
Quiénes somos

Con  proyecto Fondecyt de Iniciación
Estudian cómo se adapta el músculo
esquelético a los estímulos externos

  • Comprender el funcionamiento de los complejos multiproteicos, ubicados en las células del músculo esquelético, podría ser fundamental para combatir las distrofias, sarcopenia (pérdida de masa muscular en los ancianos) y patologías que afectan a los deportistas.

Doctora Sonja Buvinic

“Los músculos esqueléticos constituyen el sistema más adaptable del organismo frente a los estímulos externos. Es así como un mismo músculo puede desarrollar capacidades de resistencia, en el caso de los maratonistas, o de fuerza, si trata de un físicoculturista”, comenta la doctora Sonja Buvinic, profesora asistente del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, e integrante del Centro Fondap de Estudios Moleculares de la Célula.

La pregunta es cómo logra ser tan plástico y convertirse en un tejido absolutamente diferente dependiendo de las circunstancias. “Nuestra hipótesis es que existen complejos de proteínas en la membrana del músculo esquelético capaces de decodificar las señales del medio externo y transmitirlas al interior de la célula para modificar la expresión génica”, explica la académica.

Esta es una aproximación muy novedosa al problema porque, generalmente, se piensa en las proteínas de las membranas celulares como si fueran entidades independientes. Sin embargo, la investigadora y su equipo apuestan a que, más bien, se trata de grupos proteicos que trabajan ensamblados para reconocer los estímulos externos, generar señales internas y así cambiar la expresión de los genes. Con el tiempo ello se traduciría en cambios fenotípicos y funcionales como, por ejemplo, el aumento o disminución de la masa muscular, las características metabólicas de las fibras, la resistencia a la fatiga o la capacidad de generar fuerza.

La doctora Buvinic ahondará en este tema durante los próximos tres años gracias a un proyecto Fondecyt de Iniciación que se adjudicó el 2010. “Vamos a definir este complejo multiproteico y aislaremos sus componentes para identificarlos, algo que aún no se ha hecho y que nos tiene muy entusiasmados, sobre todo porque trabajaremos con un equipo multidisciplinario”, señala la bioquímica.

Para reconocer los nuevos componentes se aplicarán técnicas avanzadas de bioquímica de proteínas y estudios de proteómica que se llevarán a cabo en colaboración con el Instituto Pasteur de Uruguay; asimismo se harán estudios de biología celular con técnicas de inmunofluorescencia, mientras que también se analizará la importancia fisiológica de este complejo multiproteico. En otras palabras, distintos ámbitos científicos trabajarán unidos en una misma iniciativa. “Estudiaremos este complejo de células musculares que aún no ha sido descrito y veremos si participa en el acoplamiento, excitación–transcripción, es decir, en los cambios de expresión génica derivados de la despolarización de la membrana muscular”, apunta.

Aplicaciones

Si bien el proyecto es de ciencia básica, el interés de la doctora Buvinic apunta a encontrar blancos terapéuticos para patologías tan complejas como la distrofia muscular, enfermedad hereditaria y progresiva que suele terminar con el paciente postrado o fallecido, y la sarcopenia, entendida como la pérdida de masa muscular en los ancianos.

“Si en estas enfermedades hubiese una desrregulación del complejo proteico, entonces podríamos hallar una forma para contrarrestar el problema. De hecho, nosotros tenemos un modelo de ratón con distrofia muscular que posee una progresión muy similar a la que se presenta en la patología humana, por eso mi trabajo será parte de una red de estudio que está coordinando el doctor Enrique Jaimovich y que nos ayudará a ahondar en estos temas desde distintas perspectivas”, adelanta.

Además, agrega, de comprobarse que los complejos proteicos en las células musculares funcionan como el engranaje de un reloj, sería factible extrapolar estos estudios a otras células del cuerpo que al ser analizadas con estrategias multidosciplinarias (bioquímicas, proteómicas, celulares y fisiológicas), ayudarían a avanzar hacia una nueva aproximación de la biología.

Cecilia Coddou