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Nº 157 - 29 de octubre de 2010

La importancia vital de la diferencia
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Explica situaciones como la predominancia de hijos varones, entre otras
La importancia vital de la diferencia

  • A esclarecedoras conclusiones respecto del funcionamiento del sistema de tolerancia materno-fetal llega el genetista Carlos Valenzuela Yuraidini.

Doctor Carlos Valenzuela

Este académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en su más reciente artículo publicado en la revista “Biological Research”, reúne conocimientos e investigaciones realizadas por más de tres décadas, estableciendo la relevancia fundamental que tiene este sistema de tolerancia en sus hijos. “Partiendo de que las madres Rh negativas no sólo no rechazan a un cigoto o feto Rh positivo, sino que, por el contrario, los aceptan mucho más que a uno con sus mismas características sanguíneas (Rh-), y luego de estudiar situaciones similares en las que se podría producir un rechazo o no-aceptación durante el embarazo temprano, concluimos que esta protección que se produce de la madre al feto por venir, en razón a sus diferencias para con ella, se deben a la mantención que tiene que haber de los polimorfismos para que la especie continúe. Es decir, tiene que haber variabilidad genética para que el ser humano siga existiendo”, explica.

Desde esa premisa, sentencia que esa sería una de las razones que explicarían por qué, en todo el mundo, nacen más varones que mujeres, alrededor de un 51% versus un 49%, aproximadamente. “Es porque la madre y sus sistemas, entre ellos el inmune, acepta mejor lo que es diferente a ella, como podrían ser los antígenos de las proteínas que presentan los hijos varones”.

Siguiendo los mismos razonamientos –tanto de aceptación de lo distinto, como de la mantención de la especie-, añade que esto se verifica claramente en las familias que tienen numerosos hijos: “Si una mujer tiene muchos hijos hombres, lo más probable es que, después de varios de ellos, tenga más mujeres. Y es porque este sistema de tolerancia a lo diferente de la madre se superpone al sistema de rechazo, que tiene memoria, y por esta capacidad el embarazo se va haciendo cada vez más selectivo de las opciones genéticas que le da el padre, entonces “descarta” aquellas que ya tuvo y va dando paso a las opciones que dejó de lado en un principio: las hijas mujeres”.

Configuración de apetencias sexuales

Los estudios de orden fraterno han sido ratificados en todo el mundo a través de diferentes investigaciones con estudios de miles de casos, como los del doctor canadiense Ray Blanchard. En ellos, se ha detectado también que los casos de trastornos en lo que el doctor Valenzuela llama la “configuración de apetencias” u homosexualismo en varones, llega a un 15% entre quienes tienen muchos hermanos varones mayores que él. O sea, el orden fraterno sí sería un factor a considerar para determinar este tipo de situaciones.

Durante el embarazo, explica, el cigoto y posteriormente el feto se va formando en lo genital y cerebral, que en un principio son indeterminados y, según la información genética y hormonal que traigan, se produce la androgenización o la feminización. “Cuando este proceso no se produce perfectamente es que se dan situaciones como los trastornos en el área de la identidad sexual o en la de configuración de apetencias”.

Los trastornos de identidad sexual, informa, son aquellos en el que el varón o la mujer reconocen su cuerpo como tal, pero se identifican con el sexo opuesto. Por ejemplo, relata casos clínicos de niños de tres años que se han querido cortar el pene porque sienten que les sobra; “es decir, en su mente se sienten más representados con la imagen de su madre que con la de su padre”.

Por el contrario, la configuración de apetencias tiene distinta consolidación –ya que se fija durante la infancia temprana por la influencia que recibe del ambiente, así como la carga genética-, tiene otra presentación en su trastorno: “el niño se sabe varón, se siente identificado con el padre, no quiere dejar de serlo, pero siente enamoramiento o deseo sexual por alguien de su mismo género”.

¿Cómo se explican estas situaciones en los casos de fraternidad? Por la misma “memoria materna”, a la que se le va agotando el abanico de posibilidades genéticas que le ofrece el padre y por la protección que da a la diferencia.

Zurdera versus homosexualismo por orden fraterno

Pero los aportes de esta investigación no terminan allí. El doctor Valenzuela cuenta que está determinado que en todas las razas del mundo hay más casos de zurdera o de lateralidad cruzada –los ambidiestros- entre los homosexuales o lesbianas que entre los heterosexuales. “Pero esto no es así entre los homosexuales por orden fraterno, en que los no-diestros estarían protegidos de la homosexualidad”, añade, lo que se corrobora en los estudios de miles de casos hechos por investigadores de diferentes países.

Esta aparente contradicción se explicaría, reitera, con el mismo sistema de tolerancia y protección a lo diferente, aunque “otros autores proponen que la aparición de ambas características, como son homosexualismo por orden fraterno y zurdera, serían síntoma de algo tan radicalmente distinto que sería incompatible con la vida, o son personas con otras alteraciones que no son detectadas por estos estudios”.

Cecilia Valenzuela