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Nº 154 - 6 de octubre de 2010

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Generación del '60
Reunión de egresados de Medicina: 50 años de buena salud
  • Los egresados de Medicina de 1960 se reunieron para celebrar cinco décadas de labor, pero también de amistad y recuerdos. “Tienen razones para sentirse orgullosos de su Universidad”, dijo el rector de la Casa de Bello, profesor Víctor Pérez, pues ésta “sigue preocupada de estar al día y de que los doctores que egresen sigan teniendo el mismo nivel de excelencia que ustedes alcanzaron cuando lo hicieron”.

Un día de marzo de 1953, 140 jóvenes comenzaron sus estudios de educación superior en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Medio siglo después, alegrías, penas, historias, y por sobre todo, gran cantidad de éxitos profesionales, fueron reconocidos por el Rector Víctor Pérez Vera, en un encuentro realizado en la Casa Central de la corporación el 1 de octubre de 2010. La máxima autoridad de la institución los distinguió diciendo “Ustedes son la Universidad de Chile, ustedes han representado ese plantel en todo los rincones de este país y del mundo. Ustedes llevaron no solamente los conocimientos que aquí se les entregaron y el compromiso con su profesión; también se llevaron sus valores de pluralismo, respeto, libertad  y diversidad, y los imprimieron en cada uno de los ámbitos de sus vidas”.


La generación 1960 de la Escuela de Medicina,
junto a las autoridades de la Casa de Bello

Reconocimiento a la labor de sus egresados

Abrazos emocionados, bromas y muchos recuerdos afloraron en la ceremonia, la cual recibió a más de 100 doctores y doctoras que egresaron el año 1960. El rector relevó los distintos logros de estos profesionales, destacada generación dentro de la cual hay distintas especialidades médicas, pioneros en sus respectivas áreas; médicos destacados en la comunidad médica internacional; dirigentes gremiales, decanos, directores de escuela e incluso un Premio Nacional de Medicina.

“Ustedes tienen mucha razón para sentirse orgullosos de su Universidad”, afirmó.  “Ésta sigue siendo la más importante y respetada Casa de Estudios del país. Su Facultad de Medicina sigue siendo, lejos, la mejor. Sigue preocupada de estar al día y de que los doctores que egresen sigan teniendo el mismo nivel de excelencia que ustedes alcanzaron”, dijo.

La decana de la Facultad de Medicina, doctora Cecilia Sepúlveda, expresó que esta reunión y todos los logros que esta generación ha conquistado demuestran “que la esencia de la Universidad perdura. Es una muestra de la vigencia de este plantel y de lo profundamente arraigado que queda en el alma de cada uno de quienes hemos tenido la oportunidad de estudiar acá esta experiencia. Podemos ver cómo las cosas siguen siendo muy parecidas y los valores y principios de la diversidad y tolerancia siguen estando presentes”.

Sin embargo, otras cosas son diferentes y “para mejor”, afirmó la decana, especialmente en lo que respecta a cómo las mujeres fueron abriendo paso en el campo profesional. “Se desconfiaba de que las mujeres fueran a ejercer realmente la profesión. En esta generación, por ejemplo, sólo había cupo para 30 mujeres. Vemos que por fortuna ese pensamiento se ha derrumbado, permitiéndose el acceso igualitario a ambos sexos, con las positivas consecuencias que esto ha tenido para el desarrollo del conocimiento y en particular como reconocemos hoy en el campo de la Medicina en nuestra Universidad”.

Amistades y valores para toda la vida

La iniciativa de reunir a esta destacada generación fue gestada por el doctor Luis Merino, quien tuvo la labor de contactar a cada uno de sus ex compañeros para celebrar el medio siglo de uno de los momentos más importantes en sus vidas. “Cumplir 50 años es un hito. Es bueno mantener el contacto para vernos y saber cómo estamos”, dijo. El doctor puso el acento en el papel que jugó la Universidad de Chile en su historia personal, el cual “fue fundamental, se trata del principio de mi vida, mi trabajo, de mi  labor académica, de mi labor como cirujano, de mi trabajo como dirigente gremial... todo eso partió en esas aulas”, dijo.


El Premio Nacional de Medicina, doctor Rodolfo Armas Merino.

El Doctor Rodolfo Armas, Premio Nacional de Medicina 2010, afirmó que el paso por la Universidad de Chile significó “aprender el valor de la diversidad, el respeto al pensamiento distinto, la primacía de las capacidades individuales por encima de los contactos sociales y, por sobre todo, a valorar el esfuerzo”.

Recordó además que los primeros meses de clases del año 1953 pudo comprobar que en ese grupo de alumnos estaba representada la pluralidad del país: diversas procedencias, diferentes lugares de origen y distintas realidades socioeconómicas, culturales y religiosas. Sin embargo “este grupo tan diverso en sietes años, se transformó en un grupo homogéneo. Tanto así que se generaron amistades duraderas y es más, 16 de los 140 encontraron la persona con la que se casaron. Lo que demuestra la forma en que nos marcó el paso por este plantel”, dijo.

Formando profesionales íntegros

La doctora Ester Mateluna, quien fuera directora de la Escuela de Medicina de la Universidad, indicó que para ella “era inconcebible estudiar en otra parte que no fuera acá. Era un lugar de encuentro de todas las clases sociales, cosa que no se daba en otras partes. Estudiar aquí era gratuito, lo que nos garantizaba la diversidad de realidades. De aquí obtuve la capacidad de convivir democráticamente con distintas opiniones”.

Afirmó además que fue en esta Casa de Estudios donde encontró grandes amistades y también los mejores recuerdos y anécdotas: “Eran otros tiempos y no existían las tecnologías de hoy en día. Me acuerdo que un día estábamos en el patio con la Ximena Vivanco estudiando y una de las ovejas de las que se usaban para tener suero se acercó, olfateó y le comió los apuntes. Llorábamos de risa, no podíamos movernos y la pobre Ximena peleando con la oveja por sus hojas. En ese tiempo no teníamos internet, tampoco podíamos fotocopiar libros, entonces lo único que teníamos para estudiar eran esos apuntes”.

La doctora Mateluna aprovechó de enviar un mensaje a los jóvenes que quieren estudiar Medicina en la Universidad de Chile diciendo que “si la eligen, entrarán a un gran lugar a estudiar esta hermosa pero sacrificada carrera”. A ello,  agregó que “la parte humana, la parte de responsabilidad social y los mejores académicos están aquí. Un médico sin estas características es un profesional incompleto”.

Texto: Natalia Rosales
Fotografías: Pablo Madariaga

 
 
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