Dr. Miguel Puxant |
Alrededor de 45 paramédicos y auxiliares de enfermería del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Juan de Dios (HSJD) están participando en el curso-taller “Hacia una salud y atención integral del proceso reproductivo” que es impartido por académicos de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, profesionales del hospital y docentes especializados en terapia corporal, biodanza, psicología e hipnosis.
La actividad, que se está llevando a cabo en el Campus Occidente de la facultad, en grupos no superiores a 15 personas, ha tenido una excelente recepción. Así se aprecia en las evaluaciones que realizaron los primeros alumnos de la capacitación. “El taller nos enseñó a apoyarnos más, a trabajar en equipo, a sentir mayor confianza en la labor que ejercemos, a unirnos, comunicarnos mejor y ser más fraternas en beneficio del paciente”, comentó Marcia Escala.
En tanto, Verónica Leiva apuntó que nunca había experimentado algo parecido, “tan personal y espiritual”. Reconoció, asimismo, que si bien en la primera clase tuvo muchas dudas y recelos, las actividades prácticas le ayudaron a comprender, empatizar y emocionarse con cada ejercicio.
“Nosotras jugamos un rol importante para la madre, somos su apoyo frente a cualquier eventualidad, entonces es necesario que podamos reconocer sus necesidades para contribuir a una mejor atención. En esa línea he aprendido a hacerme el tiempo para que la paciente sienta que la estadía en el hospital fue una buena experiencia”, añadió Débora Saavedra.
Este curso se viene desarrollando desde el año 2006, en un principio fue impartido a matronas pero más tarde se amplió a los becados de la especialidad y actualmente se está ofreciendo al segundo grupo de técnicos paramédicos y auxiliares. En el futuro, se espera que en él participen los médicos del servicio y las matronas que aún no lo han realizado.
“El taller está orientado a dar una atención integral a la mujer durante la gestación, parto y puerperio, lo que incluye su bienestar físico, mental y emocional. Hasta ahora nos habíamos centrado mucho en el aspecto biológico del proceso, dejando de lado el enfoque biopsicosocial, un vacío en nuestra formación”, comentó el director del Departamento de Obstetricia y Ginecología Occidente de la Facultad de Medicina, doctor Miguel Puxant.
El especialista, uno de los gestores del curso junto a la matrona encargada de la Unidad de Parto-Pabellón del HSJD, Karina Muñoz, explicó que la capacitación también apunta al autocuidado en la vida laboral y personal. “El taller entrega conocimientos e instrumentos básicos para dar este apoyo integral, ello mediante el reconocimiento de los efectos que tiene el estrés en la salud de las personas, profundizando en los cambios psicoemocionales que experimenta la mujer que espera un hijo, en la responsabilidad que le cabe a los profesionales de la salud en la constitución del vínculo madre-padre e hijo y en la valoración del autocuidado, entre otros aspectos”, resaltó el Dr. Puxant.
Mejora satisfacción de usuarios
Para ello el taller, junto con entregar conocimientos teóricos, se centra en actividades vivenciales. Esta es, probablemente, la clave del éxito que ha tenido en cada una de sus versiones. “Las matronas, muchas de ellas con más de 30 años de experiencia, tras realizar la capacitación señalaron que les había ayudado a reencontrarse con las emociones por las cuales eligieron su profesión. Para nosotros eso fue muy decidor”, apuntó el médico.
De hecho, han permitido la autopercepción corporal, enseñado a los asistentes las técnicas de relajación y manejo de trance superficial, les han ayudado a adquirir destrezas en Shiatsu y a practicar el masaje infantil Shantala, también han favorecido la conexión integrada de cuerpo, mente y emociones con el resto del grupo.
“Los ejercicios permiten que los alumnos experimenten situaciones imaginarias o recreen las vividas. Recuerdo a un becado muy incómodo por el globo instalado bajo su polera que le permitía simular un embarazo, eso hasta que una colega que hacía el curso con él le dijo que la experiencia lo ayudaría a entender mejor a sus pacientes. Al culminar la actividad el médico comentó que ponerse en los zapatos de las mujeres le había hecho valorar más la especialidad”, dijo el Dr. Puxant.
Karina Muñoz agregó que el taller no sólo ha favorecido el desarrollo individual, también ha potenciado la integración de los equipos de trabajo: “Eso ha sido una ganancia extraordinaria, inesperada, que ha mejorado el clima laboral, incrementando la armonía, cordialidad y respeto entre quienes trabajamos en el servicio, haciendo que estemos en mayor sintonía”.
Pero no sólo ha ayudado a los funcionarios del hospital, también ha tenido importantes repercusiones entre las pacientes y sus familias. Así lo demuestran las encuestas de satisfacción aplicadas a los usuarios que han revelado los alcances de la intervención. “Hemos logrado aproximarnos más a las pacientes, humanizar la experiencia y eso lo han percibido los usuarios que han dicho que son atendidos como en una clínica”, añadió Karina Muñoz.
En tanto, Patricio Navarrete, profesor de biodanza, destacó que este taller ha sido una herramienta de cambio que los está impulsando a evaluar la posibilidad de profundizar en las capacitaciones, así como a soñar con su masificación.
Finalmente, Karina Muñoz agradeció el apoyo de la U. de Chile que les ha facilitado el espacio y equipamiento necesario para llevar a cabo el curso. “La excelente disposición de todas las autoridades, académicos y funcionarios nos alienta en nuestra iniciativa”, acotó.
Cecilia Coddou |
