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Nº 151 - 10 de septiembre de 2010

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Fueron ofrecidas por la kinesióloga de la U. de Chile, Carolina Rodríguez
Recomendaciones ergonómicas para el puesto de trabajo

  • La actividad se realizó en el marco del proyecto Facultad Saludable.

“En materia de ergonomía Chile está atrasado al menos 10 años con respecto a los países desarrollados”, comentó la académica de la Escuela de Kinesiología de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Carolina Rodríguez, quien ofreció el jueves 9 de septiembre una conferencia sobre ergonomía y los puestos de trabajo.


La kinesióloga Carolina Rodríguez, magíster en Ergonomía.

La charla se enmarcó en las actividades que están promoviendo una Facultad Saludable: “Tenemos que ser consecuentes porque si estamos enseñando a los estudiantes la promoción y prevención en salud, con mayor razón debemos dar el ejemplo”, comentó el profesor Sergio Garrido, uno de los organizadores de la actividad.

Carolina Rodríguez, magíster en Ergonomía y candidata a doctora en el área, comentó que esta disciplina, entendida como el estudio del trabajo y la relación que se produce entre la persona y su entorno, busca el bienestar de los sujetos sin afectar la productividad. Si bien reconoció que es imposible conseguir un puesto laboral totalmente perfecto, la ergonomía se empeña en incrementar la calidad de vida de los individuos, aumentar su seguridad y bienestar e incrementar la eficacia y eficiencia, todo ello con el fin de mejorar el sistema y su fiabilidad.

La kinesióloga destacó que cuando se trabaja mucho con la pantalla del computador y manipulando documentos se puede producir una elevada carga visual y músculo esquelética, que podría traducirse en ardor de los ojos, dolor de cabeza y tensión en el cuello, entre otros problemas.

Entre las recomendaciones ofrecidas se incluyeron: trabajar con una pantalla que no sea muy pequeña, que su borde superior quede siempre a la altura de los ojos del usuario, que esté justo al frente de la persona y no a un costado, para así evitar la torsión de cuello.

En tanto, el escritorio tiene que estar perpendicular a la ventana y el teclado debe permitir que la mano se mantenga neutra, es decir, lo más recta posible, sin flexión dorsal ni palmar. También hay que impedir la digitación con los brazos en suspensión, para ello se recomienda apoyarlos sobre el escritorio, la bandeja portateclado o en una silla con apoya brazos.

Ojo con los notebook

“Si se va a usar notebook hay que emplear un soporte que lo eleve, de tal manera que la parte superior de la pantalla quede a la altura de los ojos, un mouse adaptable y un teclado adicional”, resaltó.

Igualmente hay que evitar la hiperextensión del brazo utilizando el mouse en el mismo plano y al costado del teclado. Asimismo, tiene que adecuarse a la curva de la mano, por lo tanto, no debe ser muy pequeño. En cuanto a la silla, su respaldo tendría que ser regulable, con apoyo lumbar, cinco patas para que ofrezca más seguridad y apoyo para brazos. “Lo ideal es que el respaldo se pueda inclinar hacia atrás levemente, también hay que evitar cruzar las piernas porque eso corta la circulación. De hecho, hay reposapié que son regulables y que permiten moverlos. En general, una postura estática reduce la eficiencia muscular y aumenta la fatiga”, comentó la kinesióloga.

En cuanto al ruido, el máximo no debiera superar los 55 decibeles: “Hay que considerar que las máquinas generan sonidos molestos, así que si es viable alejarlas de los puestos de trabajo tanto mejor, lo mismo ocurre con las conversaciones que alteran la concentración de las personas”, apuntó Carolina Rodríguez.

La temperatura de una oficina en verano debe estar entre los 23ºC y 26ºC, mientras que en invierno lo ideal es que se concentre entre los 20ºC y 24ºC.

“Debemos esforzarnos para evitar los riesgos asociados al uso del computador que pueden generar fatiga visual, pesadez de los párpados, dolores de cabeza, tensión en el globo ocular y en algunos casos puede llevar a que el individuo termine usando lentes”, dijo.

En cuanto a las alteraciones músculo esqueléticas, señaló que afectan principalmente el cuello, la nuca y también pueden desencadenar el síndrome de túnel carpiano, un problema difícil de determinar debido a que hay varios factores, no sólo ocupacionales, que pueden originarlo. El riesgo psicosocial está asociado a la carga mental que afronta el sujeto y que puede causarle cefaleas, trastornos digestivos, estrés e hipersudoración, entre otros problemas.

“Es importante el confort, que se hagan pausas saludables cuando se percibe fatiga, con estiramientos cervicales y algunos ejercicios, siempre con el propósito de mantener una postura corporal en constante movimiento”, apuntó la especialista.

Cecilia Coddou