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Nº 150 - 6 de septiembre de 2010

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Doctora Laura Börgel, directora de la Unión Internacional de Toxicología, IUTOX
Una apuesta al trabajo en redes

  • La especialista fue elegida como parte del directorio de esta agrupación mundial en el reciente congreso realizado en Barcelona, España.

Doctora Laura Börgel

Tiene como fin crear estrategias globales en pos de la protección medioambiental y de la salud de las personas. La Unión Internacional de Toxicología, IUTOX, es un conglomerado de asociaciones continentales y nacionales preocupadas de esta temática,  que recientemente realizó su XII Congreso Mundial en Barcelona. Para representar a Latinoamérica, sus potencialidades y necesidades en la materia, fue elegida la doctora Laura Börgel, académica del Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina y directora de la Corporación Rita Chile, que agrupa a los especialistas en la disciplina del país y da asesoría y respuesta en el caso de emergencias ambientales y exposición de las personas a sustancias químicas.

Según explica la doctora Börgel, “este grupo trabaja estableciendo los parámetros para la acreditación de los toxicólogos a nivel mundial, lo que es un tema bastante complejo porque en esta disciplina pueden confluir profesionales de muy diferentes áreas, como pueden ser de química y farmacia, medicina forense, ingeniería en medioambiente, análisis de sistemas, salud pública y otros. La toxicología compete a muchos; hoy se acerca al sector industrial en cuanto la investigación de nuevos productos y a la responsabilidad social empresarial, por ejemplo. Por eso, se sale de la esfera netamente académica para abordar temas de trasfondo mundial, como la seguridad química y la sustentabilidad, al identificar en los diversos procesos productivos los riesgos potenciales para la salud de las personas, el medio ambiente y la generación de residuos; como mitigar y ser sustentable incorporando nuevas tecnologías y metodologías de evaluación de riesgos a todo nivel”.

Por ello, añade, una de las materias que abordará en sus próximos tres años de gestión como directora “es cómo logramos que la acreditación de los toxicólogos a nivel mundial dé espacio para todos, pues todos tienen competencias importantes que aportar”.

Otra línea de trabajo, agrega, se refiere al análisis de cómo la sociedad IUTOX ayudará a ciertos grupos de países que están interesados en incorporarse, para lo que necesitan que su producción científica mejore, por lo que “se entregan apoyos a investigadores senior que están trabajando en alguna línea de interés, así como a los más jóvenes que quieran mejorar su formación”.

Preparar a quienes toman decisiones

Respecto del continente, y especialmente de Chile, la doctora Börgel sentencia que “América Latina necesita establecer cómo se ordena y trabaja en torno a los temas de seguridad química y sustentabilidad, por eso es que tenemos que ver la forma de apoyarnos mutuamente. Nuestro país está ad portas de poder entrar a la comunidad económica europea, para lo que necesitamos demostrar la capacidad de difundir nuestro conocimiento en cuanto toxicología, lo que significa que tenemos que enseñar y enseñar. Eso nos piden en la CE;  que las capacidades adquiridas por los científicos sean traspasadas a la comunidad y a todo nivel, de manera que apoyar la toma de decisiones y que todos puedan interactuar y responder correctamente en los tremas de uso seguro de las sustancias químicas”.


Según explica la doctora Börgel, "los científicos podemos dar respuesta y apoyo para que los procesos productivos sean no sólo más compatibles con la protección al medioambiente, sino que, por lo mismo, más rentables en el tiempo".

Pero eso supone tener una masa crítica de personas preparadas para ello...

Que no la tenemos. Por eso, debemos traspasar estos conocimientos, trabajar con otras redes. Por ejemplo, el modelo que exhibe la GTZ –organismo dependiente del gobierno alemán, que a través de instrumentos simples genera capacidades de respuesta en distintos niveles de complejidad, y ha estructurado un trabajo en red con diferentes países de la región-, ha demostrado resultados validos y con efectos positivos evaluados por Naciones Unidas, como una forma de apoyar y vincularse con las pequeñas y grandes empresas, adaptándose a la realidad local y aprovechando sus fortalezas. Creo que ese es el modelo tenemos que aplicar acá, hasta el último municipio, para ser capaces de aplicar el Plan Nacional de Seguridad Química pero, a su vez, tenemos que formar personas de los estamentos gubernamentales para que ellos conozcan y sepan como evaluar riesgos, tomando toda la documentación científica y poniéndola en su respectivo contexto ambiental. La idea es hacer diplomados a través de la asociación con las universidades, de tal modo de preparar a quienes, en el área gubernamental e industrial, van a necesitar de esta información para tomar decisiones políticas, resolver en momentos de crisis o mejorar sus procesos productivos o de exportación.

Así, finaliza, polémicas como las posibles instalaciones de termoeléctricas en diferentes sectores del país no van a tener lugar, “porque no se trata de oponerse al progreso porque sí, sino que éste sea mediante desarrollo sustentable. Los científicos podemos dar respuesta y apoyo para que los procesos productivos sean no sólo más compatibles con la protección al medioambiente, sino que, por lo mismo, más rentables en el tiempo. Pero, además, podemos colaborar en la difusión del conocimiento y la preparación de las personas a cargo de la toma de decisiones, de manera que la legislación respectiva pueda ser modernizada y los proyectos debidamente evaluados”.

Cecilia Valenzuela