Hasta ahora no se había hecho un estudio en Chile que analizara su opinión. De ahí la importancia que el año 2008 se aprobara un proyecto FONIS, liderado por la académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile e investigadora asociada al Instituto de Medicina Reproductiva (ICMER), doctora Ximena Luengo, para analizar en profundidad este tema.
Dra. Ximena Luengo, Josefina Herreros, Ana Zepeda y Teresa Millán. |
La investigación fue llevada a cabo en consultorios de los Servicios de Salud Metropolitano Norte, Occidente y Sur Oriente. Para ello se eligió a madres y padres con hijos adolescentes de entre 10 y 19 años que acudían a estos recintos y que en forma voluntaria, anónima y confidencial decidieron participar en el estudio.
Entre las conclusiones más significativas se incluye el hecho de que los padres están conscientes de que para sus las principales fuentes de información son los amigos e internet, hecho que los preocupa, sobre todo en lo que atañe a prevención de embarazo adolescente e infecciones de transmisión sexual (ITS).
Según señalan, les gustaría que en la atención primaria orientaran a los jóvenes en estas materias y también los apoyaran en temas relacionados con la etapa de desarrollo en que se encuentran. De hecho, las madres comentaron que sus hijos deberían comenzar a consultar entre los 10 y 13 años para conocer más sobre su desarrollo y prevenir situaciones de riesgo.
Ahora bien, esta opción ya existe porque en los consultorios hay consejería individual que ofrece, generalmente, la matrona, sin embargo no es una instancia muy utilizada y desata en los padres ciertas suspicacias. “Las madres desconocen qué se hace en una consejería y si bien reconocen a los profesionales de la salud como las personas más idóneas para orientar a sus hijos, hay temor de que enseñen cosas distintas a los valores que son propios de la familia. Por eso creemos que es necesario difundir de qué se trata esta instancia, que va mucho más allá de la indicación de anticonceptivos, y efectuar talleres grupales para padres y adolescentes que instalen la confianza entre las partes”, explica la doctora Luengo.
Asimismo, los progenitores aspiran a que sus hijos e hijas se cuiden a través de la abstinencia, al menos hasta terminar sus estudios, sobre todo en el caso de las mujeres en que se perciben las consecuencias más adversas.
Madres: principales referentes en el hogar
En el estudio también quedó claro que en el hogar el principal referente para abordar estos temas son las madres: “Ellos (los padres) se consideran responsables de la orientación, no obstante en forma indirecta y amparados por la labor de la mujer. De hecho, los padres se describen a sí mismos como bruscos, torpes, demasiado directos y poco preparados para referirse a estos asuntos, sobre todo tratándose de sus hijas”.
Otra de las conclusiones del estudio fue que la atención en salud que otorgan los profesionales de los consultorios es muy bien evaluada. Aún más, la confidencialidad es aceptada por las madres quienes están mayoritariamente de acuerdo en que se la respete al atender adolescentes, cuando se trata de consultas por motivos que no ponen en peligro sus vidas.
De la investigación también se desprende que los padres creen que los servicios de salud sexual y reproductiva van dirigidos a las mujeres, lo que pone una barrera para que los hijos varones acudan a los consultorios. En tanto, las madres reconocen en el embarazo impulsividad y falta de reflexión, características propias de la adolescencia, aunque también destacan que puede deberse a presiones de la pareja, es decir, a chantaje afectivo y al deseo de las jóvenes de ser madres.
Los resultados del estudio, que fue efectuado en colaboración con la académica del Campus Occidente de la Facultad de Medicina, Teresa Millán, y de las investigadoras Ana Zepeda y Josefina Herreros, fue presentado el viernes 25 de junio en una reunión de trabajo en la que participaron los doctores Ramiro Molina y María Paz Robledo, además del sociólogo José Olavarría. Ello con el fin de incrementar las recomendaciones que se harán llegar al Ministerio de Salud.
Entre los aspectos mencionados en el encuentro se destacó que la sociedad, en general, sigue entendiendo la consejería y educación sobre salud sexual y reproductiva como una forma de “prevenir desgracias” (embarazo e ITS) y no como una instancia en la cual se puede abordar este tema tan significativo de manera positiva y constructiva.
Cecilia Coddou |
