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Nº 134 - 4 de mayo de 2010

U. de Chile estudiará cómo se replica
el genoma del virus de la hepatitis C
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Importante hallazgo de científicos chilenos en enfermedad inflamatoria intestinal
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U. de Chile trabaja para instalar una
cultura del aseguramiento de la calidad
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Investigación fue realizada por la U. de Chile gracias a un Proyecto Fondecyt
Importante hallazgo de científicos chilenos
en enfermedad inflamatoria intestinal

  • Describieron por primera vez la presencia de la molécula ST2 en el intestino, receptor de la respuesta inmune innata del organismo que, al funcionar inadecuadamente, prolongaría la inflamación y desencadenaría la Enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

La enfermedad inflamatoria intestinal es un tipo de patología crónica muy compleja que tiene dos presentaciones: colitis ulcerosa y Enfermedad de Crohn (EC). Dependiendo de su grado de severidad merma la calidad de vida de los pacientes al provocarles dolores abdominales, cuadros diarreicos, fiebre y baja de peso. Asimismo, es responsable de conducirlos al quirófano, incluso, en más de una ocasión. De hecho, se calcula que el 50% de quienes tienen EC es operado, mientras que entre los enfermos de colitis ulcerosa la cifra de cirugías ronda el 15%.


Doctores Marcela Hermoso y Rodrigo Quera.

Esta patología, que es más prevalente en los países desarrollados, viene incrementándose en Chile en forma sostenida durante los últimos años. Aún más, la enfermedad inflamatoria intestinal ha cobrado tanta relevancia a nivel global que la Organización Mundial de Gastroenterología decidió dedicar este año a su difusión internacional.

En este marco, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile hicieron importantes hallazgos que están dando origen a publicaciones en revistas de alto impacto y que podrían abrir nuevos caminos para el tratamiento de los pacientes.

“Esta enfermedad es multifactorial, es decir, en ella influyen aspectos genéticos, medioambientales e inmunológicos, nosotros nos hemos abocado a estudiar estos últimos”, explica la doctora Marcela Hermoso, investigadora del Programa de Inmunología del Instituto de Ciencias Biomédicas.

Junto al gastroenterólogo de Clínica Las Condes y académico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, doctor Rodrigo Quera, el año 2007 se adjudicaron un proyecto Fondecyt que les permitió caracterizar en el intestino la función de la molécula ST2, un receptor para la respuesta inmune innata e inflamatoria del organismo, el cual ya había sido descrito en corazón y pulmón. “Frente a la presencia de un patógeno y en condiciones normales, el ST2 debiera mantener la homeostasis de las respuestas inflamatorias, sin embargo, en algunos pacientes produce una reacción descontrolada y exagerada que puede ser muy perjudicial generando, por ejemplo, asma”, explica la doctora Hermoso.

Tras estudiar las biopsias y el plasma de enfermos con EC y colitis ulcerosa, los investigadores describieron por primera vez a nivel mundial la presencia de esta molécula en el intestino. “El ST2 reconoce la interleuquina 33 (IL33), proteína que promueve el desarrollo de la respuesta inflamatoria, pero también es un receptor de la membrana de las células del intestino que se produce en forma soluble. En condiciones fisiológicas el receptor se activa por la IL33 y el sistema se apaga cuando la forma soluble de ST2 interviene la vía inflamatoria manteniendo de esta manera la homeostasis, sin embargo en los enfermos este proceso pareciera no estar operando correctamente, lo que hace que la inflamación permanezca en el tiempo”, comenta la académica.

Un nuevo biomarcador

Haber caracterizado el ST2 y descrito su presencia en el epitelio intestinal y en las células infiltrantes de la mucosa, en el caso de la EC, es sin duda un aporte al conocimiento pero, además, los investigadores chilenos postularon que esta molécula serviría como biomarcador para la enfermedad inflamatoria intestinal. Esto es muy relevante porque evitaría realizar exámenes invasivos como la colonoscopía. “Bastaría con una muestra de sangre para saber si el paciente tiene alterados los parámetros de ST2 en comparación con la población control, lo que nos señalaría en qué etapa de la crisis se encuentra”, explica el gastroenterólogo.

Los investigadores, quienes realizaron estos estudios con un equipo conformado por Lucía Núñez, David Diaz, Caroll Beltrán, Enzo Candia y Nancy Farfán; señalan que los resultados fueron tan promisorios que ambos están postulando a otro proyecto Fondecyt que les dé la oportunidad de profundizar en estos mecanismos celulares. Esa información ayudaría a desarrollar, eventualmente, una nueva terapia que revirtiera la inflamación.                                                                                             

“Hemos sido pioneros en la investigación de una enfermedad que nos interesa y que esperamos sea incorporada al AUGE para dar una mejor calidad de vida a quienes la padecen. No hay que olvidar que los medicamentos con que se trata son muy costosos y deben suministrarse de por vida”, destaca el doctor Quera.

La doctora Hermoso resalta que este proyecto es un ejemplo de lo que se puede lograr cuando hay colaboración entre el área básica y clínica, vinculación esencial para el progreso de la medicina mundial que, lamentablemente, en Chile aún no está bien consolidada y que requiere de médicos dispuestos a investigar.

Cecilia Coddou