La Universidad de Chile se ha adjudicado numerosos proyectos financiados por el Programa de Mejoramiento de la Calidad de la Educación Superior (Mecesup) que era necesario evaluar con el fin de observar la relevancia de sus impactos. Fue así como el plantel postuló dos iniciativas orientadas a este fin (UCH0711 y UCH0709) que ya llegaron a su etapa final y que fueron discutidas en un taller realizado el viernes 30 de abril en el Salón Lorenzo Sazie de la Facultad de Medicina.
Los académicos Pablo Duarte, Macarena Valdés, Miguel O'Ryan, Cecilia Sepúlveda y Gonzalo Díaz. |
Al respecto, el vicerrector de Asuntos Académicos de la Casa de Bello, Profesor Iñigo Díaz, señaló que ambos proyectos se hacen cargo de una nueva línea que se ha instalado en la casa de estudios, la cual potencia la cultura del aseguramiento de la calidad. De hecho, la doctora Cecilia Sepúlveda, decana de la Facultad de Medicina, señaló que los Mecesup fueron percibidos dentro de la comunidad como una gran oportunidad para mantener y promover los altos estándares educativos, sobre todo en el marco de la acreditación de las carreras de la salud que obliga a la autoevaluación permanente.
Durante la reunión la profesora Macarena Valdés, quien fue la directora del proyecto UCH0711 denominado “Evaluación de los impactos institucionales y académicos de los proyectos Mecesup implementados entre 1999-2004 en el ámbito de pregrado de la Facultad de Medicina de la U. de Chile”, explicó que para llevarlo a cabo se aplicó una metodología mixta que incluyó el análisis cualitativo y cuantitativo.
Así, junto con analizar los informes de los nueve Mecesup incluidos en el proyecto, se efectuaron entrevistas en profundidad, se realizaron grupos focales y encuestas a estudiantes y actores relevantes involucrados en los proyectos. En términos generales la profesora Valdés señaló que durante estos años hubo avances y cambios en los procesos de enseñanza-aprendizaje, al tiempo que se incrementaron los recursos, la infraestructura y el equipamiento.
De igual manera, en los integrantes de la facultad se instaló una cultura que favorece el trabajo en equipo y que estimula la capacitación e innovación de los docentes. Estas iniciativas también habrían favorecido el diálogo entre el ICBM y los profesores de las ocho escuelas. “Es perfectible pero podemos dar cuenta que se ha generado un movimiento y que hay avances”, apuntó la profesora Valdés.
La encuesta, aplicada a 1.592 estudiantes, indicó que en relación a infraestructura y recursos docentes, en una escala de 1 a 7, los jóvenes valoraron el equipamiento y la tecnología con una nota general de 4.9. A la biblioteca, en tanto, le colocaron un 5.0 destacando, eso sí, la atención de los funcionarios.
En cuanto a la calidad de vida, el 58,4% de los alumnos reportó una alta carga de estudios, particularmente en las escuelas de Obstetricia, Medicina y Fonoaudiología. Por otra parte, el 82,6% señaló estar muy de acuerdo o de acuerdo con la calidad de los académicos, aunque también plantearon la importancia de que la totalidad de ellos se capacite en docencia.
Profesor Gonzalo Díaz, Dr. Miguel O'Ryan y profesora Macarena Valdés. |
Modelo de exportación
Por otra parte, el profesor Gonzalo Díaz, coordinador del proyecto UCH0709 que lleva por nombre “Construcción y validación de un modelo para la evaluación de procesos estratégicos institucionales a través de la evaluación de impacto de los proyectos Mecesup asociados a la reforma de pregrado de la U. de Chile”, señaló que esta iniciativa nació al alero del Consejo de Evaluación del plantel, del cual es presidente.
El académico destacó que en apenas 12 meses se construyó un modelo que es capaz de evaluar no sólo proyectos Mecesup, sino otros como los Fondecyt o Fondef. Según explicó el coordinador del proyecto, Pablo Duarte, entre sus características se incluye el diagnóstico participativo, el hecho de que debe estar vinculado a un aspecto conceptual, organizacional y operacional y que fomenta el mejoramiento continuo, así como la autevaluación responsable.
Asimismo, dijo que entre las conclusiones recogidas tras analizar 19 proyectos se constató que aquellos que fueron exitosos en el tiempo tuvieron modelos democráticos y participativos, contaron con una infraestructura y tecnología adecuadas y estuvieron avalados por las autoridades. Por el contrario, los de menor impacto fueron los que pretendieron generar cooperación entre facultades y universidades, se centraron en el trabajo de un solo individuo que no produjo redes y en los cambios curriculares.
Cecilia Coddou |
