Dra. Nora Volkow, directora del NIDA
de Estados Unidos. |
El viernes 26 marzo el vicedecano de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, doctor Ennio Vivaldi, concedió a la doctora Nora Volkow la condición de Profesora Visitante del plantel, distinción que le fue entregada en el marco del IV Seminario Internacional de Actualización en Adicciones que fue organizado por la Universidad de Chile y Alfa Capacitación.
La doctora Volkow, nacida en México, es desde el año 2003 la directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) de Estados Unidos, cargo que nunca antes había sido ejercido por una mujer hispana. La investigadora, experta mundial en dopamina cerebral y la primera científica en usar las neuroimágenes para investigar los cambios químicos que ocurren en el cerebro de personas drogadictas, tiene más de 380 artículos publicados en diversas revistas científicas, además de tres libros editados.
También es miembro del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias y el 2000 fue nombrada Innovadora del Año por la revista U.S. News and World Report. De igual manera, la Dra. Volkow, bisnieta de Trotsky, fue seleccionada por la revista Time como una de las 100 personas que está cambiando el mundo.
La experta se mostró muy agradecida con el reconocimiento de la U. de Chile y ante el ofrecimiento del doctor Vivaldi de llevar a cabo investigaciones conjuntas, manifestó su interés de concretar estos vínculos científicos con el intercambio de estudiantes de doctorado.
Doctores Graciela Rojas, Ennio Vivaldi, Julio Pallavicini y Nora Volkow. |
Efectos de las drogas en el cerebro
Los más de 200 asistentes que acudieron al seminario tuvieron la oportunidad de interiorizarse sobre ¿Cómo las drogas afectan el cerebro?, tema que abordó la doctora Volkow de una manera muy didáctica. En la ocasión explicó que en los cerebros de los drogadictos hay una supresión de los receptores dopaminérgicos, lo que redunda en que el individuo sea más vulnerable al uso de sustancias. Por lo tanto, si se desarrollaran fármacos que aumentasen estos receptores tal vez sería posible reducir el consumo de alcohol y drogas, tal como se ha logrado en investigaciones realizadas en modelo animal.
La especialista destacó que en los drogadictos hay una hipofuncionalidad de la corteza órbito frontal y a raíz de ello estas personas que señalan entender que las sustancias que inhalan, se inyectan o ingieren son dañinas, no pueden cambiar su conducta porque presentan un comportamiento de tipo compulsivo. “Cognitivamente no quieren seguir siendo adictos pero ya que tienen desconectada la corteza prefrontal continúan drogándose sin freno. Además, como las expectativas de recompensa son mayores que el placer que reportan al recibir estas sustancias, terminan incrementando su consumo”, explicó.
Margarita de Koldobsky y doctores Alceni Guerra, Eduardo Kalina, Rolando Chandía, Luis Caris, Néstor Koldobsky y Guillermo Dorado. |
Las terapias, por lo tanto, debieran incluir intervenciones complejas que provocaran cambios en el cerebro del sujeto afectado. En este sentido es significativo fortalecer los efectos placenteros de los refuerzos no farmacológicos. De hecho, ese sería uno de los motivos que explicarían el éxito de las terapias grupales que desencadenan un estímulo social centrado en la interacción, vínculo muy valorado por el ser humano. Asimismo, la doctora Volkow señaló que se hace necesario producir medicamentos y ejercicios para la corteza prefrontal que potencien o renueven sus funciones.
Cecilia Coddou
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