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Nº 127 - 12 de marzo de 2010

Escuela de Salud Pública liderará iniciativas en salud mental tras el terremoto
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Escucharon y ayudaron
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Rector inspecciona estado de Facultad de Medicina
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Duro diagnóstico a diez días del terremoto
Escucharon y ayudaron

  • Con una situación extremadamente difícil de sobrellevar se encontraron los estudiantes de la Facultad de Medicina que entre el 5 y el 9 de marzo de 2010 trabajaron como voluntarios en la devastada localidad de Llico, además de Parral y Lolol.

Así lo dieron a conocer parte de los 25 internos y alumnos de Medicina que se distribuyeron en estas zonas elegidas por la Fech y bajo la organización de “Salud por Chile Ahora”, entidad que agrupa a los voluntarios de la Asemech, la ONG Acercando Salud y la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina. IFMSA.


El equipo de internos de Medicina que desarrolló voluntariado en Llico, a días de sucedido el terremoto.

En el encuentro –en el que estuvieron presentes las doctoras Christel Hanne, directora de la Escuela de Medicina; Marisol Prado, directora de Asuntos Estudiantiles, y Ruth Depaux, académica del plantel-, los jóvenes dieron a conocer en detalle el estado en que quedó la comunidad de Llico –en las cercanías de Vichuquén- y sus poblaciones aledañas, como Rarín, Las Garzas y Aquelarre.

Así, el interno Nicolás Silva dio cuenta de extremas dificultades derivadas de que desde el terremoto viven en campamentos, ya sea porque sus viviendas desaparecieron o quedaron en muy malas condiciones, o porque temen a las constantes réplicas que se perciben. Por lo mismo, tienen problemas urgentes de disponibilidad de agua –por su calidad y cantidad-, de manejo de escombros y de inexistencia de baños o letrinas; y, en cuanto a la cobertura de su morbilidad, necesitan atención para los enfermos crónicos y, en especial, en cuanto a salud mental.  De la misma forma, narró las dificultades de coordinación existentes entre las autoridades locales, radicadas en Vichuquén, y el poblado de Llico, las cuales con el transcurso de los días se fueron resolviendo al nombrarse un delegado a cargo de la situación.


Uno de los campamentos en los que aloja la población de Camino Real Alto, en las cercanías de Llico.

Énfasis en salud mental

En todo caso, el trabajo de los 12 internos logró el establecimiento de vínculos con los líderes del lugar, con el fin de facilitar la labor de próximas cuadrillas de voluntarios; el catastro de la gran mayoría de las familias que viven en campamentos -“fuimos los primeros en acercarnos a hablar con las personas y darnos cuenta de su reticencia a volver a las casas que estaban aún en pie o a vivir todos en mediaguas”, añadieron-; la prestación de 100 atenciones médicas tanto en el colegio en el que estaban alojados como domiciliarias, y su colaboración en cuanto a saneamiento básico y educación en el tema. Por ello, su diagnóstico del lugar sugiere mejorar el análisis de la estructura poblacional, dar atención de salud, ayudar a la disposición de excretas y basura, mejorar la alimentación –que, dada la emergencia, es alta en carbohidratos y baja en vegetales- y la calidad del agua. Asimismo, propusieron que los futuros equipos de voluntarios que viajen a estas zonas deben contar con sicólogos o personal adiestrado en materia de salud mental.


Los medicamentos que llevaron los estudiantes fueron resultado de donaciones que les hicieron diferentes campus clínicos.

Luego de este informe, las doctoras Hanne y Prado iniciaron un exhaustivo análisis de lo que será la continuidad de estas labores para el estudiantado, los insumos de apoyo que necesitan y la factibilidad de mantenerlas en el mediano y largo plazo. Por ello, establecieron una coordinación con el voluntariado establecido e indicaron que la directora de Asuntos Estudiantiles viajará a recorrer las localidades visitadas entre el 12 y el 14 de marzo. Por último, están implementando una serie de actividades con expertos de la Escuela de Salud Pública, como la realización de seminarios en salud mental –de manera de prepararlos para ayudar a la contención de las personas afectadas por el terremoto- y su participación en la generación de protocolos de diagnóstico pre y post sismo, para analizar cómo deben ser las intervenciones que se hagan.

Cecilia Valenzuela