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Nº 127 - 12 de marzo de 2010

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Estudio tiene gran relevancia para pacientes con neuropatías
Investigación chilena que vincula sensaciones
de ardor y frío es destacada a nivel internacional

  • El hallazgo fisiológico en que participó el neurólogo de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, doctor Mario Campero, sería de gran utilidad para quienes tienen dañados sus nervios y reaccionan al frío con la sensación invalidante de estar expuestos a un estímulo de dolor y ardor.

Dr. Mario Campero

La sensación de dolor provocada por frío es bastante usual en personas que tienen dañados sus nervios como, por ejemplo, los diabéticos aquejados por neuropatías o los pacientes que han experimentado una quimioterapia. Desafortunadamente estos síntomas, que pueden resultar muy invalidantes, son difíciles de tratar, por eso investigadores de distintas partes del mundo están trabajando para explicar estas percepciones desde un punto de vista fisiológico y así avanzar en la generación de posibles terapias.

Uno de ellos es el neurólogo de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, doctor Mario Campero, quien realizó, junto a especialistas ingleses y estadounidenses, un estudio para determinar por qué algunas personas ante el estímulo del frío sienten, paradojalmente, ardor y dolor en forma espontánea.

El doctor Campero explica que hace algunos años encontró en el ser humano fibras nerviosas que respondían predominantemente al frío aplicado a la piel, aunque una proporción también lo hacía al calor. Hizo este hallazgo indagando en individuos a quienes colocó electrodos en receptores de fibras específicas. “Las personas que colaboraron en la investigación nos ayudaron a su caracterización, así como a determinar la velocidad de respuesta”, dice.

El académico del Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente de la U. de Chile resalta que habría dos tipos de fibras: las mielínicas (delgadas) que responden rápidamente al frío enviando un alerta al cerebro y otras más finas (no mielínicas) y de acción más lenta que denominaron cuasi nociceptores (C2), vinculadas con el ardor asociado a este estímulo.

“Estas últimas son las que aportarían un componente de ardor relacionado con la sensación de frío, lo que podría llevar a confusión, ya que nos harían dudar respecto de lo percibido. Por lo tanto, nosotros pensamos que las C2 señalarían el momento en que la sensación térmica se aleja de la zona de confort y, en cambio, se acerca a la de injuria, actuando, asimismo, como termorreguladores involuntarios del organismo”, apunta.

Aporte mundial

Las fibras que mediarían la sensación de ardor nunca antes habían sido descritas, así que este es un aporte chileno muy importante a la medicina mundial. De hecho, el artículo del doctor Campero fue publicado recientemente en la prestigiosa revista The Journal of Physiology y mereció una editorial de los destacados especialistas australianos Penélope A. McNulty y David Burke, quienes se refirieron al tema en el mismo número de diciembre recién pasado.

“Cuando sentimos frío se trata, probablemente, de la actividad de ambas fibras, sin embargo ahora sabemos que también existen canales que son específicos para el ardor, tal como hay algunos que median la picazón o el calor”, explica.

El médico añade que, además, son muchas las personas que sufren del síndrome de dolor complejo regional crónico, problema que hasta ahora no tiene una explicación médica y que genera serios trastornos en los sujetos, limitando sus capacidades laborales y sociales. “Aunque en términos globales las vías que explican el dolor aún no están consensuadas, cada aporte que hacemos nos orienta hacia una mejor comprensión de los síntomas y tratamiento”, resalta.

Cecilia Coddou