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Nº 119 - 2 de diciembre de 2009

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

SegÚn estudio realizado en la Universidad de Chile
DÉficit olfativo y trastornos cognitivos
podrÍan ser sÍntomas iniciales del Parkinson

  • Una investigación realizada por la psicóloga Teresa Parrao reveló que, probablemente, los enfermos de Parkinson presentarían otros síntomas antes de la aparición de los primeros temblores.

Psicóloga Teresa Parrao.

Cuando aparecen los primeros temblores que alertan sobre la enfermedad de Parkinson, ya ha muerto prácticamente el 80% de las neuronas dopaminérgicas, que son las encargadas de coordinar el movimiento. De ahí que para el enfermo el diagnóstico no sea nada de alentador, sobre todo porque aún no se ha encontrado una cura para esta patología neurodegenerativa que, en promedio, afecta al 1% de la población mundial.

Los científicos están trabajando para entender cuáles son los mecanismos que la gatillan y así hallar un fármaco que le haga frente, al tiempo que buscan los predictores que permitirían diagnosticarla tempranamente. Entre los indicadores precoces más validados se incluyen: el déficit olfativo, los trastornos del sueño, los desórdenes autonómicos y los trastornos cognitivos, dentro de los que destaca el déficit de funciones ejecutivas.

“Se han hecho muchos estudios sobre déficit olfativo pero se ha indagado poco sobre su relación con otros indicadores tempranos. Por eso hicimos una investigación en que vinculamos el déficit olfativo con los trastornos cognitivos”, explica Teresa Parrao, psicóloga del Servicio de Neurología y Neurocirugía del Hospital Clínico de la U. de Chile.

La profesional, quien recientemente culminó su Magíster en Neurociencias impartido por la Facultad de Medicina de la Casa de Bello, explica que tras estudiar a 44 pacientes con Parkinson pudo constatar que el 85% de ellos presentaba déficit olfativo, independientemente de los años de evolución de su patología. “No importaba si el sujeto había sido diagnosticado hacía poco o si llevaba bastante tiempo con la enfermedad, los problemas olfativos se presentaban generalmente en ambos casos”, resalta.

Pero, además, al estudiar el déficit olfativo y la disfunción ejecutiva en aquellos  pacientes que habían sido diagnosticados dentro del último año, corroboró que presentaban diferencias estadísticamente significativas con respecto a los sujetos sanos. Ello a pesar de que su patología tenía poco tiempo de evolución y los síntomas motores eran leves, lo que sugería que estos indicadores habían aparecido antes que los temblores o por lo menos en forma paralela a ellos. En otras palabras, en ambos casos los indicadores se presentaban en forma muy temprana.

“Esto nos permite plantear que la suma de estos síntomas no motores son un buen elemento a considerar como herramienta en el diagnóstico diferencial de la patología”, dice.

Alteración duplicada

Los estudios internacionales señalan que entre el 80% y 90% de los enfermos de Parkinson tiene alterado el olfato. Los individuos estudiados fueron sometidos a estudios que implicaban la medición del aspecto sensorial del olfato, esto es, que el individuo pudiera identificar distintos odorantes. Además, gracias al desarrollo de nuevas tecnologías que fueron implementadas en el Laboratorio de la Dra. María de la Luz Aylwin, investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas y tutora de la tesis llevada a cabo por Teresa Parrao, lograron medir el umbral olfativo de los pacientes y del grupo control, es decir, de las personas sanas. “En términos simples, los individuos no sólo nos señalaban si se trataba de olor a cigarro, frambuesa o limón, también obtuvimos datos acerca de cómo se comportaba su nariz mientras olían, usando para ello información sobre el volumen y flujo de aire”.

La psicóloga añade que algunos investigadores plantean que el daño neuronal ocurriría entre ocho y 10 años antes de que se presenten los síntomas motores.

En cuanto al trastorno de la disfunción ejecutiva, que está directamente vinculado con la capacidad de las personas para evaluar el ambiente y adaptar su comportamiento de acuerdo a lo que acontece, se constató que estos pacientes presentaban problemas de flexibilidad cognitiva. “Esto significa que antes de hacerse el diagnóstico de Parkinson, el enfermo ya tenía trastornos que le impedían planificar u organizarse adecuadamente”, recalca.

Cecilia Coddou