El profesor Erik Díaz, director de la Escuela de Nutrición y Dietética se muestra optimista ante el desafío: “Estamos embarcados en un proceso interno de revisión propia, trabajando sobre el mejoramiento continuo. Esa mirada externa servirá para saber si estamos cumpliendo con los elementos requeridos para tener una carrera potente en términos del producto que generamos, en función de nuestras capacidades actuales, así como de nuestras fortalezas y debilidades. Y en cuanto a esas debilidades, es muy positivo poder analizarlas y poder actuar en un plan de mejora que permita abordarlas”, explica.
Previo a la llegada de los pares evaluadores, han establecido una agenda de reuniones de trabajo con toda la comunidad de la escuela, para dar a conocer la importancia de esta etapa y ofrecer la información necesaria. En ese mismo derrotero, esperan desarrollar una serie de políticas de acercamiento con los empleadores, también sistemáticas y constantes.
Los mejores socios
Los programas de estudios estarán listos a fines de año, y lo hemos hecho realidad gracias a un cuerpo académico comprometido y podremos mostrar cómo estamos llevando a cabo este proceso, los perfiles de egreso, competencias y subcompetencias, indicadores de logro.”, sentencia refiriéndose al cambio curricular que se está llevando a cabo.
Y es que, agrega, “nosotros no tenemos profesores por hora que vengan a dar una clase e irse, sino que están presentes todo el día, disponibles para la atención de alumnos, para realizar este trabajo de construcción del nuevo currículo, para tratar temas de interés de facultad y de país. Tenemos esta visión de una universidad completa, y eso es lo que el estudiante ve como una tremenda ventaja, lo que da a conocer en sus evaluaciones a nuestros académicos”.
Otros ámbitos que destaca como avances son la nueva infraestructura y las continuas inversiones en ese ámbito, que llegan a los 180 millones de pesos, “lo que da cuenta de la apertura que hay para solucionar los problemas de las escuelas, hay una prioridad que se nota”.
Pero, concluye, la mayor fortaleza de su escuela está en ser parte de una facultad y una universidad que son potencias nacionales, lo que permite el establecimiento de esfuerzos conjuntos para, por ejemplo, potenciar la investigación científica y, así, la carrera académica. “En ese ámbito, estamos embarcados en un plan muy concreto de generar puentes con varios socios; el Instituto de Ciencias Biomédicas, ICBM; el Departamento de Nutrición; el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, INTA, todas instancias que participan activamente en nuestra docencia, por lo que queremos darle aún más fuerza a nuestros vínculos. Tenemos 15 jornadas completas equivalentes, pero más de 90 académicos, y eso tenemos que aprovecharlo”.
Cecilia Valenzuela |
