Dra. Tatiana Figueroa |
Los neurólogos del Hospital Barros Luco Trudeau (HBLT) están contentos y orgullosos porque su servicio es el primero de la red pública del país que ofrece a los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular isquémico la posibilidad de recibir un trombolítico, medicamento que permite disolver los coágulos, siempre y cuando se aplique en las primeras 4 horas y media después de ocurrido el evento, y se cumpla con los requisitos previamente protocolizados.
Este producto, con un costo cercano al millón de pesos, estaba disponible sólo en el área privada, sin embargo, tras diversas gestiones de los propios especialistas, el recinto asistencial decidió comprar mensualmente cuatro unidades de estos fármacos. La primera ya fue utilizada en una persona de 56 años que sufrió un infarto cerebral, accidente que lo tuvo al borde de la muerte.
“Nuestro paciente tenía un coágulo en el tronco del cerebro, una de las zonas más sensibles del cerebro. De hecho, padeció síndrome de enclaustramiento, es decir, sólo podía mover los ojos hacia arriba y abajo, con ausencia total de movimiento de todo el cuerpo”, explica la doctora Tatiana Figueroa, académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y neuróloga vascular del HBLT.
Tras realizarle los exámenes de rigor la Dra. Tatiana Figueroa decidió aplicar el trombolítico y con excelentes resultados. Al poco tiempo el enfermo ya era capaz de hablar y sin secuelas. “Nuestro hospital atiende, aproximadamente, 1.200 accidentes vasculares al año, de los cuales dos tercios son isquémicos y candidatos potenciales a la trombolisis. Desafortunadamente, son pocas las personas que acuden en la ventana de tiempo en que el medicamento tiene utilidad”, resalta el subjefe del Servicio de Neurología, doctor David Sáez.
Ello se debe a que el infarto isquémico no produce alarma, ya que, por lo general, no es doloroso y se manifiesta con la pérdida súbita de fuerza en el lado derecho o izquierdo del cuerpo, trastornos del habla y lenguaje, falta de sensibilidad en alguna extremidad, dificultades en el campo visual o inestabilidad de la marcha. “Según un estudio realizado en este hospital sólo el 4% de los enfermos llega en las cuatro horas y media de ventana terapéutica, una realidad no tan distinta a la que se registra en países desarrollados donde las cifras no superan el 10%”, recalca el doctor Sáez.
Lo importante, señalan los neurólogos, es que la decisión adoptada por las autoridades del recinto asistencial es un gran paso hacia la equidad. “Ahora la gente modesta también tiene derecho a acceder a un tratamiento que estaba reservado sólo para quienes tenían dinero. Esperamos que esta decisión se multiplique a lo largo del país”, plantean.
Flujograma
La doctora Tatiana Figueroa señala que no basta con que el hospital adquiera el medicamento, es importante que todo el personal trabaje como un equipo para dar la atención adecuada al enfermo. Para ello fue necesario diseñar un flujograma que determina exactamente lo que se debe hacer en cada etapa del proceso, desde que el paciente entra al recinto asistencial.
“Todos tienen que estar en sintonía, desde el portero, pasando por la telefonista, las enfermeras, los profesionales de urgencia, de laboratorio e imagenología, porque en estos casos estamos corriendo contra el tiempo. Por ello he estado ofreciendo capacitaciones y charlas desde hace varios meses para que todos seamos eslabones de esta gran cadena de responsabilidad humana, tan noble y significativa, que le puede salvar la vida a una persona y cambiar el destino de una familia”, señala la doctora Tatiana Figueroa.
La doctora Tatiana Figueroa, indica que hay que entender que la trombolisis puede implicar un ahorro significativo para el Estado porque, cuando da resultado, evita las hospitalizaciones de larga estadía, la conexión a ventiladores y alimentación parenteral, la gastrostomÍa o la traqueostomÍa. “El éxito de este fármaco ha sido probado en el mundo entero: el 20% de los pacientes que lo reciben quedan sin secuelas y el 50% con algunas de grado menor”, recalca.
Cecilia Coddou |