Cortando la cita los doctores
Cecilia Sepúlveda, María Elena Santolaya
y Osvaldo Artaza.
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El miércoles 9 de septiembre fue inaugurado el Centro de Estudios Moleculares del Hospital Luis Calvo Mackenna (HLCM), ceremonia a la que asistieron las máximas autoridades del recinto asistencial y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, instituciones que desarrollaron en conjunto este moderno laboratorio, único en su tipo dentro de los hospitales pediátricos de la red asistencial pública del país, el cual permite detectar y cuantificar virus asociados a trasplantes.
El centro, que tuvo un costo cercano a los 60 millones de pesos, da cuenta de la relación estrecha e histórica que ha unido en el área asistencial, formativa y de investigación a estos dos socios estratégicos. Así lo destacó el director del HLCM, doctor Osvaldo Artaza, quien dijo: “Esta casa la hemos construido juntos y seguimos haciéndolo. Ahora estamos llamados a invertir en un plan futuro, esperamos que las nuevas instalaciones de excelencia sean un ejemplo de la alianza que proyectamos”.
Según explicó la doctora María Elena Santolaya, directora del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente de la U. de Chile y gestora del laboratorio, desarrollar este centro para el diagnóstico biomolecular era fundamental para llevar a cabo una medicina de alta complejidad, acorde al tipo de pacientes que atiende el hospital, particularmente en lo que se refiere a niños inmunocomprometidos.
Doctores Julio Espinoza, Cecilia Sepúlveda, Antonio Banfi,
María Elena Santolaya y Ennio Vivaldi. |
“La propuesta de implementar este laboratorio coincidió con que tres académicos de la universidad que trabajamos en el recinto asistencial, los doctores Mauricio Farfán, Juan Pablo Torres y yo, obtuvimos el año 2008 tres proyectos Fondecyt para investigar diversos microorganismos que comprometen la salud de los menores que tienen cáncer o que se han realizado trasplante de médula ósea. Los recursos de estos proyectos se sumaron a los fondos que invirtieron la facultad y el hospital para instalar el centro”, planteó la doctora Santolaya.
De hecho, el laboratorio incrementó el análisis de las muestras en al menos un 20% y redujo los costos generales de los estudios a la mitad. Asimismo, la doctora Santolaya resaltó que la sólida y duradera relación entre la facultad y el hospital ha permitido echar a andar esta iniciativa que promoverá la investigación clínica de punta y ayudará a mejorar el manejo asistencial de los pacientes a través de una respuesta diagnóstica oportuna y de excelencia. “Las aplicaciones futuras de la biología molecular son ampliables a áreas como farmacogenómica, determinación de cáncer, neurología y nefrología, entre otras”, dijo.
Añadió que en el laboratorio también se efectúa docencia mediante la formación de especialistas y la generación de actividades de capacitación.
Doctores Ennio Vivaldi, Manuel Kukuljan, María Elena Santolaya, Mauricio Farfán, Cecilia Sepúlveda, Juan Pablo Torres, Luis Michea y Gastón Rivera. |
En tanto, la decana de la Facultad de Medicina, doctora Cecilia Sepúlveda, dijo que este centro es un hito en que la U. de Chile ha sabido alinearse con los objetivos sanitarios del país. “Es una demostración de la visión de futuro, tesón, perseverancia y, sobre todo, de mucho compromiso por parte de un grupo de académicos del plantel. Asimismo, permite constatar la estrecha ligazón entre una de las funciones universitarias, la investigación, y su aplicación concreta en la solución de problemas que tienen un alto costo para las personas”, comentó.
Equipos de punta
El Centro de Estudios Moleculares cuantifica cargas virales a través de técnicas de PCR. Para ello cuenta con la mejor tecnología disponible que incluye, entre otros, dos termocicladores de tiempo real, termocicladores convencionales, extractor automático de ácidos nucleicos, cámaras de electroforesis, campanas de bioseguridad y una sala de refrigeración para el almacenamiento de muestras.
“Nuestros estudios se centran en tres virus: Citomegalovirus, Adenovirus y Virus Epstein Barr que pueden comprometer peligrosamente la salud de los niños inmunocomprometidos. Lo que hacemos es detectarlos y cuantificarlos en forma eficiente y oportuna para monitorizar los efectos de las terapias y controlar las infecciones”, explicó Mauricio Farfán.
Cecilia Coddou |
