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Nº 105 - 26 de agosto de 2009
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

De pacientes con fallas en la producciÓn de espermatozoides
EstrÓgenos contribuyen a la disfuncionalidad testicular

  • Según corroboraron académicos del Instituto de Investigaciones Materno Infantil de la U. de Chile, cuando la enzima aromatasa, encargada de la producción de estrógenos testiculares a partir de los andrógenos está aumentada, se incrementan los niveles de estradiol intratesticular provocando una disminución en la producción de testosterona y un mayor deterioro de la espermatogénesis en hombres infértiles.

Se calcula que el 15% de las parejas tiene problemas de fertilidad y el 30% de éstos son de origen masculino debido, primordialmente, a dificultades en la espermatogénesis, es decir, en la producción de espermatozoides.


Académica del Instituto de Investigaciones Materno Infantil, Andrea Castro.

Considerando lo anterior, un grupo de científicos chilenos, liderados por la bióloga del Instituto de Investigaciones Materno Infantil (IDIMI) de la U. de Chile con especialización en endocrinología reproductiva, Andrea Castro, está culminando un proyecto Fondecyt Regular que le permitió analizar la relación de la enzima aromatasa, que colabora en la producción de estrógenos a partir de los andrógenos (hormonas sexuales masculinas que estimulan los caracteres propios del varón), y las fallas en la espermatogénesis.

Para ello estudió tejido testicular de pacientes que eran sometidos a recuperación de espermatozoides y posterior procedimiento de reproducción asistida, con el objetivo de saber si en ellos la expresión de aromatasa estaba alterada. El equipo midió los niveles intratesticulares de la enzima y su relación con las hormonas masculinas, específicamente con la testosterona, que es el principal andrógeno presente en el testículo, pero también con los estrógenos (hormonas sexuales femeninas) que son producidos por esta enzima a partir de los andrógenos.

“Muchos hombres con falla de la espermatogénesis no tienen células germinales o simplemente producen escasos espermatozoides, lo que puede deberse a una alteración genética del cromosoma Y pero también a causas desconocidas, que son las más usuales y que explicarían el 60% de los casos”, explica Andrea Castro.

Justamente para analizar a este último grupo estudiaron 60 pacientes con azoospermia (hombres que no producen gametos masculinos) y 30 controles que padecían azoospermia obstructiva, es decir, que desarrollaban espermatozoides normalmente pero que no lograban inseminar a sus parejas debido a una obstrucción. Los resultados arrojaron que la expresión total de la enzima no era tan variable entre ambos grupos, sin embargo en sujetos con fallas muy severas de la espermatogénesis la expresión de la aromatasa estaba aumentada, lo que producía un incremento en los niveles de estradiol (hormona sexual femenina) intratesticular, que podría llevar a una disminución de la producción de testosterona.

“Con esto no estamos diciendo que la falla espermatogénica se deba a que los estrógenos están aumentados, pero sí hemos corroborado que el aumento de la actividad de la aromatasa contribuye a la disfuncionalidad testicular, algo que nunca se había estudiado directamente en este tipo de pacientes”, apunta la académica.

Sin embargo, explica que por ahora no es posible generar una aplicación clínica a este hallazgo que permita, por ejemplo, suministrar inhibidores de aromatasa a los pacientes con falla severa de la espermatogénesis para así revertir o minimizar su condición, ya que estos sujetos presentan niveles de estrógenos circulantes normales y, por lo tanto, ello podría reducir peligrosamente los niveles sanguíneos de la hormona y provocarles, entre otros trastornos, osteoporosis.

Factores ambientales

Aún así la académica explica que uno de los méritos del estudio nacional es que evidenció las fortalezas de una hipótesis de larga data sobre la infertilidad masculina, la cual está basada en la disminución de andrógenos y en el aumento de los estrógenos, sobre todo en la etapa fetal, período en el que se forma el testículo y en el cual se desarrollarían defectos de diferenciación, además de deterioro en la espermatogénesis, todo ello a causa de factores ambientales y genéticos.

“El aumento excesivo de estrógenos es un tema importante que puede estar afectando a las personas en distintas etapas de su vida, ya que hay muchos contaminantes, tales como el cadmio, bisfenoles policlorinados y los hidrocarburos polihalogenados, que poseen efectos estrogénicos que llevarían a una reducción en la producción de testosterona y a una disfunción de las células de Leydig (encargadas de generar los andrógenos) en el testículo”, dice.

Cecilia Coddou