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Nº 105 - 26 de agosto de 2009
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Temas fueron discutidos en los DiÁlogos entre Derecho y Medicina
El secreto profesional, el respeto a la intimidad y la Ética

  • Se abordó la realidad de abogados, médicos, sacerdotes y periodistas.

El jueves 20 de agosto se llevó a cabo, en el Salón Lorenzo Sazie, el tercer módulo de los Diálogos entre Derecho y Medicina que, en esta ocasión, se refirieron al secreto profesional y la confidencialidad que se exige a abogados, médicos, sacerdotes y periodistas.

En la ocasión, el director de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Derecho de la U. de Chile, profesor Gonzalo Figueroa, ahondó en el derecho a la intimidad, confidencialidad o privacidad, que está protegido por la Constitución Política y resguardado a través del secreto profesional.

En el caso específico del abogado, el defensor Regional de Valparaíso, Eduardo Morales, planteó que éste es un profesional de oficio que al jurar se compromete a no revelar la información recibida por su cliente, ni siquiera cuando ha fallecido, sin importar la atrocidad del delito cometido. Ahora bien, si se trata de un defensor penal público, comentó que este abogado no podrá excusarse de representar a una persona arguyendo razones de conciencia, mientras que, en el caso del defendido, su asistencia será obligatoria.

Eduardo Morales agregó que el secreto profesional se extiende no sólo a lo dicho por el cliente, sino también a lo investigado, es decir, a aquello que es parte del caso. Añadió que las excepciones contempladas para este derecho incluyen, por ejemplo, la posibilidad específica de un delito futuro que afecte la vida o salud de las personas.


Sergio Prenafeta, Carlos Delaney, Maricruz Gómez,
Gonzalo Figueroa y Ricardo Vacarezza.

En tanto, el sacerdote irlandés Carlos Delaney, quien realiza trabajo pastoral en el Centro de Alcoholismo San Roque, fue enfático al señalar que un ministro de Dios no puede, bajo ninguna circunstancia, revelar lo señalado en secreto confesionario y tampoco hacer uso público directo o indirecto de lo sabido. “El sacerdote cumple el oficio del juez y abogado, es ministro de la justicia divina y de su misericordia para la salvación de las almas. Por lo tanto, es un médico del espíritu”, apuntó.

El doctor Ricardo Vacarezza, profesor de Bioética de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, señaló que el principio de confidencialidad en los médicos se ubica dentro de la autonomía. “La relación médico-paciente es fiduciaria para privilegiar los intereses del paciente y se centra en valores tales como la confianza, beneficencia, respeto, veracidad y ausencia de malicia”, planteó.


Eduardo Morales, Sergio Prenafeta y Carlos Delaney.

Añadió que los nuevos métodos diagnósticos y la medicalización de la doctrina penal están poniendo en jaque el principio de confidencialidad que se vincula con el derecho individual a la intimidad. “El campo de la investigación clínica y el conocimiento del genoma humano nos obliga a repensar la teoría de la confidencialidad. Lo mismo ocurre con la ficha clínica electrónica que puede implicar un peligro adicional para el paciente”, comentó.

Protegiendo la fuente

Finalmente, el periodista especializado en comunicación científica, Sergio Prenafeta, se refirió al secreto profesional y la confidencialidad en el ejercicio de esta profesión. Planteó que la prensa es el aparato sensorial de la comunidad, ya que ensancha las posibilidades de diálogo poniendo en relación anímica a grupos de hombres y mujeres otrora incomunicados entre sí. “Su función es perceptiva y dialogante, de conocimiento y valoración. Verdad y sentido son entonces las normas inexcusables del periodismo”, dijo.

Señaló que el periodista está obligado a guardar secreto, sobre todo cuando le es requerido o en asuntos en cuya trascendencia puede afectar al bien común. “Nadie tiene derecho a exigirle que revele los nombres o fuentes que le solicitaron tal sigilo. Por este apego a no violar el compromiso con el secreto profesional, muchos periodistas son encarcelados o reciben sanciones de los tribunales”, acotó.


Maricruz Gómez, Gonzalo Figueroa y Ricardo Vacarezza.

En cuanto a la opinión pública, puntualizó: “Soy uno de los que cree que es un mito. Lo que sí existe es un grupo de personas, no más de una docena, que resuelve qué es lo que 17 millones de habitantes, el Chile actual, conocerán sobre los acontecimientos ocurridos en el país y en el mundo durante el día”.

En la conclusión de la participativa reunión, el director del Departamento de Bioética y Humanidades Médicas, doctor Sergio Valenzuela, señaló que todos estos encuentros tienen como propósito generar una cultura de mejores personas, en que cada profesional se esfuerza por no cumplir con la ética de los mínimos, sino con la de los máximos.

Cecilia Coddou