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Nº 104 - 19 de agosto de 2009
La placenta sería un marcador del crecimiento post natal
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

SegÚn hallazgos de investigadores de la U. de Chile
La placenta serÍa un marcador del crecimiento posT natal

  • Científicos chilenos descubrieron que la placenta es capaz de censar el crecimiento intrauterino del feto, ante lo cual readecua sus patrones de producción.

Un grupo de profesionales del Instituto de Investigaciones Materno Infantil (IDIMI) de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, liderado por el, Dr. Germán Iñiguez, ha estado investigando si la placenta, entendida como un órgano transitorio durante la gestación, sería un marcador de crecimiento post natal.


Profesor Germán Iñiguez

Para ello y gracias al financiamiento de un proyecto Fondecyt Regular, han estudiado durante los últimos tres años a niños que nacieron de término (de entre 37-41 semanas de gestación) pero pequeños para su edad gestacional (PEG), es decir, que tuvieron una restricción de crecimiento intrauterino; normales y macrosómicos, o sea, grandes para la edad gestacional (GEG) con un peso de nacimiento sobre el percentil 95. En este estudio se descartaron embarazos con patología materna (preclampsia o diabetes) y fetal (alteraciones genéticas) que pudieran llevar a variaciones en el peso de nacimiento.

Según explica el académico, actualmente es común que en Chile nazcan guaguas más grandes: “La población de los PEG hace unos años representaba cerca del 10% de los recién nacidos, hoy no supera el 5%. Al contrario, los GEG, que llegaban al 2 o 3%, hoy constituyen entre el 10 y 11% del total. Esto estaría relacionado con la alimentación de la madre que, muchas veces, inicia su embarazo con sobrepreso o que tiene una ganancia de peso importante en el primer trimestre de gestación, lo que condicionaría el nacimiento de niños GEG”.

Ahora bien, el Dr. Iñiguez sospechaba que ciertos elementos como son los factores de crecimiento similares a la insulina (IGF-Ie iGF-II), su receptor (IGF-IR) y sus proteínas ligantes (IGFBPs), que se encuentran en la placenta, podrían estar alterados en los PEG y los GEG.

Placentas: fábricas eficientes

“Imaginemos que la placenta es una fábrica, en este caso pequeña, pero que trabaja al máximo para aportar los nutrientes y el oxígeno que el niño requiere. Sin embargo, al ser tan reducida, compensa parcialmente la restricción de crecimiento”, acota el docente.

Por otro lado, cuando se trata de niños GEG la “fábrica” es más grande pero menos eficaz, pues no necesita producir tantos factores de crecimiento. “Nuestra hipótesis es que la placenta se adecua a lo que le está ocurriendo al feto, lo que estaría permitiendo que los embarazos lleguen a término en ambas condiciones de peso extremo de nacimiento. Por lo tanto, la placenta tendría un rol activo, lo cual podría permitir que se alcanzara la maduración intrauterina de los órganos”, añade.

Una vez planteada esta “reprogramación placentaria” los investigadores de la U. de Chile iniciaron sus estudios para determinar si ella incidiría en el crecimiento post natal, específicamente en los primeros dos años de vida, para lo cual se está analizando, cada seis meses, los péptidos de los menores reclutados.

“Lo que se sabía hasta ahora es que los niños PEG se reprograman rápidamente para alcanzar patrones de normalidad en el crecimiento post natal. Es lo que se conoce como crecimiento compensador que los lleva a ganar peso en pocos meses. Sin embargo, esto tiene un costo alto porque al llegar a la adultez presentarían mayor susceptibilidad a adquirir enfermedades tales como diabetes, hipertensión, obesidad y patologías cardiovasculares”, comenta Germán Iñiguez.

Actualmente, el equipo trabaja para entender si la placenta condiciona el futuro del niño. “Nos interesa constatar si los factores de crecimiento placentario pudieran ser marcadores del crecimiento post natal. Así, en los años venideros quizás sería factible estudiar las placentas de los recién nacidos en riesgo para sugerir, en base a biomarcadores estandarizados, cuidados específicos que deberían adoptar los padres de estos menores”, plantea.

De hecho, a raíz de esta investigación los especialistas chilenos encontraron que la producción placentaria de cortisol en la placa coriónica estaría disminuida, lo que atenuaría los efectos deletéreos de esta hormona en el crecimiento fetal. En consecuencia, la disminución estaría regulada por una mayor producción de IGF-I en esa zona de la placenta. El año pasado este trabajo fue premiado por la Sociedad Latinoamericana de Endocrinología Pediátrica.

Cecilia Coddou