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Nº 104 - 19 de agosto de 2009
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

La otra forma de comunicar
Gestos que valen mil palabras

  • ¿Podrían los detectives interrogar a un delincuente mudo? Según la neuróloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, doctora Carolina Delgado, sí. Y con menos posibilidades de que el sujeto mienta, añade.

“El lenguaje de las emociones es muy difícil de controlar, a menos que se sea muy buen actor”, explica la especialista, que abordará el tema “Emoción y afasia” en el curso de postgrado “Afasiología” que la Facultad de Medicina y el recinto asistencial dictarán entre el 20 y el 22 de agosto de 2009.


Doctora Carolina Delgado.

Según explica la doctora Delgado, lenguaje y emoción radican en distintas zonas del cerebro; mientras el primero aloja en el área cortical del hemisferio izquierdo, la segunda lo hace en estructuras subcorticales del sistema límbico en el hemisferio derecho. “Al no depender de las mismas áreas, si una se ve afectada por algún accidente cerebro vascular, por ejemplo, la otra se mantiene sin problemas”. Así, si un paciente tiene una afasia –pérdida de la capacidad de producir lenguaje verbal-, de todas maneras puede comunicarse, pues puede expresar miedo, alegría o asco, entre otras situaciones, “con ruidos o gestos de valencia positiva o negativa”; además, puede entender la emoción contenida en las palabras o señas de su interlocutor, “por lo que se dan a entender y son bien aceptados en general”. Lo contrario de lo que pasa con quienes tienen dañadas las áreas que contienen las emociones en el hemisferio derecho: “pueden hablar perfectamente, pero lo hacen sin prosodia, que es esa melodía que uno tiene al conversar y que es la que refleja los sentimientos. Les sale como las voces grabadas de computadores, que al cabo de un rato resultan desagradables y molestan”.

Y es que, añade, la parte emocional del lenguaje es la más primitiva; “de hecho, se puede ver en animales, y por eso ocurre que los niños muy pequeños, que aún no saben hablar, se dan a entender perfectamente con ruidos, tonos y gestos, que es lo primero que adquieren”.

Por eso, el uso de las emociones es fundamental en la rehabilitación de los pacientes que tienen daño en el lenguaje verbal, pues deben fortalecer la manera de darse a entender y de comunicarse a través de gestos y emociones. “Pero hay que hacer un trabajo multidisciplinario, porque al tener bien el hemisferio derecho se dan cuenta emotivamente de sus problemas y tienden a hacer más depresiones, porque comprenden que no pueden hablar o que tienen paralizado el lado derecho del cuerpo”, añade la doctora Delgado.

Así se explica el éxito de la serie televisiva Lie to me : su protagonista es capaz de descubrir las mentiras de los delincuentes a los que investiga. “Las emociones no mienten, se expresan al activarse áreas subcorticales, las que producen una respuesta de manera refleja. Sería muy difícil controlar los cambios faciales, la sudoración de las manos, la frecuencia cardíaca o la respiración más agitada... a menos que uno sea un muy buen actor, y aún así”, finaliza la especialista.

Cecilia Valenzuela