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Nº 100 - 15 de julio de 2009
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Estudiantes celebran el inicio de su contacto con pacientes
El Rojo ya es su sello

  • Con una emotiva ceremonia de investidura, el segundo año de la Escuela de Obstetricia y Puericultura celebró el inicio de sus pasos prácticos, reflejado en el primer día de uso de sus característicos uniformes rojos.

Profesora Hilda Bonilla

El encuentro se realizó el 10 de julio de 2009, ante la presencia de familiares y amigos de los estudiantes, ocasión en la que su directora, profesora Hilda Bonilla, recordó la creación de esta escuela en el año 1834, orgullo ancestral que se ve reforzado por la reciente acreditación de la entidad como Centro Colaborador de la OMS /OPS para participar en el desarrollo de la partería en América Latina y el Caribe, “reconocimiento que nos permite apoyar, con toda nuestra experiencia el crecimiento de la profesión en aquellos países del continente donde las madres y los niños siguen muriendo por falta de atención calificada en el momento más importante de sus vidas”.

Posteriormente, se refirió a la importancia de la humanización de la atención en salud en épocas de una alta tecnificación y despersonalización de este proceso. “Hoy se requiere de dosis elevadas de profesionales humanizados, para que nuestras usuarias no perciban una sensación de desamparo o de angustia en uno de los momentos más trascendentes de su existencia”. Por último, y frente a esta nueva etapa en su formación, la profesora Bonilla aconsejó a los estudiantes trabajar con esmero y responsabilidad, conservar el valor y proseguir el camino con constancia y energía.

Luego de sus palabras, cada uno de los integrantes de esta generación recibió una piocha con su nombre y el de la Escuela de Obstetricia y Puericultura, simbolizando el inicio de esta nueva etapa en su formación.

Finalmente y a nombre de las estudiantes, Javiera Gutiérrez dijo que “nuestra labor será proteger la integridad de la mujer como tal y al binomio madre-hijo, que es el pilar fundamental de nuestra sociedad; además, acompañarla en las distintas etapas de su ciclo vital, pesquisar posibles situaciones de riesgo, entregando lo mejor de nosotros, realizando nuestra labor con alegría y amor, sin olvidar el lado humano y la vocación de servicio que conlleva una carrera de la salud”.

Cecilia Valenzuela