En la iniciativa participaron 25 terapeutas ocupacionales que apoyan la enseñanza, provenientes de 21 recintos asistenciales. “A nivel de escuela pudimos detectar la necesidad manifiesta de los académicos de los campos clínicos en cuanto a herramientas docentes. Ellos están muy comprometidos con nosotros y con la formación de nuestros estudiantes, pero sienten que requieren de una mayor preparación para ello. Además, es una manera de retribuir su entrega y cooperación, a través de una vinculación más sólida”, explica la profesora Vivian Villarroel, parte del equipo de Coordinación de Campos Clínicos, organizador de esta instancia de extensión de la escuela.
Profesores Paula Soto, Laura Rueda, Gustavo Hawes y Vivian Villarroel. |
Este taller –conducido por las profesoras Laura Rueda y Paula Soto de la Escuela de Terapia Ocupacional, junto al profesor Gustavo Hawes, de la Unidad de Gestión Curricular-, “es también una manera de favorecer la investigación conjunta. En los servicios de salud está la población cautiva, mientras que nosotros tenemos las herramientas para construir ese conocimiento. Por eso, ya tenemos varios avances para un estudio del impacto que tienen las enfermedades broncopulmonares en los pacientes del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, con nuestros estudiantes de quinto año que están haciendo su seminario de título. Otro proyecto es con el Instituto Nacional de Geriatría, para analizar el impacto de la terapia ocupacional en sus estadías de geriatría. Y queremos invitar a estos docentes a publicar en nuestra revista de la escuela”. -¿Esta iniciativa parte de la perspectiva de la Innovación Curricular ?
- Efectivamente, estas actividades se corresponden con las habilitaciones que demanda el proceso de Innovación Curricular. Los primeros que tienen que estar preparados son nuestros docentes clínicos, por eso aprovechamos de invitar a participar en este curso a Gustavo Hawes, de la Unidad de Gestión Curricular.
- ¿Y cómo percibieron la respuesta de los asistentes?
- Bien, quedaron muy satisfechos, porque además este taller está certificado por la escuela. Y el mayor resultado de este curso es la elaboración de la estructura básica de una nueva pauta de evaluación de nuestros internos de quinto año, que se debería empezar a aplicar en julio próximo. Nuestra pauta antigua abordaba conocimientos y conductas aisladas, lo que ya no hacía sentido a los docentes de los campos clínicos, que apreciaban resultados más integrales. Por eso, pese a que aún no innovamos oficialmente nuestro currículo, nos parece más coherente incorporar la evaluación por competencias, ya que es lo esperado para el último año de formación.
Cecilia Valenzuela
|
