Portada
 
Nº 89 - 27 de abril de 2009

Conversaciones con Hipócrates
Leer más..

Dr. Luis Cartier recibe
reconocimiento en Francia
Leer más..

Sitio web de cirujanos
despierta
interés en Iberoamérica
Leer más..

PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Debido a que con el paso de los aÑos se va perdiendo la inmunidad adquirida
Especialistas advierten que los adultos
debieran actualizar sus vacunas

  • La académica de la U. de Chile, doctora Elba Wu, señala que algunas vacunas que se colocan en el marco del Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) requerirían, previa consulta con un especialista, de reforzamiento durante la adolescencia y la adultez. Es el caso de la que previene contra la tos convulsiva. Asimismo, sugiere que los adultos que no recibieron inmunizaciones, por ejemplo, para hacer frente al tétano o la hepatitis, se vacunen con el fin de prevenir la enfermedad y los contagios.

Mientras el Ministerio de Salud ha determinado que a partir del año 2010 se inyectará a todos los niños contra la Hepatitis A , adicionando esta vacuna al Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), los adultos y adolescentes deberían analizar la factibilidad de vacunarse y no sólo para combatir este virus, sino también para hacer frente a otros agentes infecciosos que pueden causar serios problemas sanitarios.


Doctora Elba Wu

Así lo explica la académica del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Occidente de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, doctora Elba Wu, quien señala que en algunas enfermedades la inmunidad adquirida, ya sea por infección natural o vacunación, se pierde con el paso de los años. Es el caso del coqueluche o tos convulsiva, enfermedad causada por la bacteria bordetella pertussis, cuya vacuna se coloca en los primeros seis años de vida.

La doctora Wu señala que en países desarrollados se está aplicando una nueva dosis de vacuna contra la tos convulsiva cerca de la adolescencia, la cual también se recomienda a personas que están en contacto permanente con los niños, incluidos profesores, profesionales de la salud y padres. “Se calcula que hasta el 12% de la tos prolongada en adultos se debe al coqueluche, sin embargo hay un grupo importante de individuos que son asintomáticos y que contagian durante semanas a sus más cercanos sin saberlo siquiera”, resalta.

La coqueluche puede provocar bronquitis y también sensibilizar al sujeto de tal manera que ante cualquier estímulo, un resfrío simple o factores ambientales, se desencadenen nuevamente los accesos de tos. La vacuna contra la coqueluche, que se inocula a través del PNI, está contraindicada para los mayores de seis años, ya que puede provocar complicaciones neurológicas. Por ello los laboratorios produjeron una vacuna pertussis acelular que, en menores dosis que la que se usa en niños, sí puede aplicarse en este grupo, sólo que –por ahora- viene incluida en una inyección triple que contiene, además, protectores contra la difteria y el tétano.

“Se iba a presentar a las autoridades ministeriales un proyecto para reemplazar en el PNI la vacuna dT, que se coloca en segundo básico, por esta vacuna triple denominada dTpa porque nos parece importante reforzar la inmunidad que se ha ido perdiendo en la población y de esta manera poder controlar al reservorio y así reducir el número de contagiantes y de casos. Indudablemente, esta vacuna triple deberá ser colocada a más edad que la dT actual”, explica.

Otro punto a considerar es la fecha en que fueron incorporadas las vacunas al programa ministerial porque si bien muchas personas tienen sus inyecciones al día, nunca fueron inoculadas contra ciertas patologías, ya que éstas se agregaron en años recientes. Es el caso de la vacuna tetánica, por ejemplo, es obligatoria desde 1979 y se aplica en los primeros años de vida. “Es recomendable que las personas que no la recibieron, previa consulta a su médico, se la coloquen porque todos estamos expuestos al tétano en cualquier momento y lugar”, plantea la doctora Wu.

Otro tanto ocurre con la vacuna tresvírica para prevenir el sarampión, rubéola y parotiditis, la cual comenzó a emplearse el año 1990. Si bien la gran mayoría de la población está inmunizada contra el sarampión no todos recibieron inoculación contra las otras dos enfermedades, por eso un estudio serológico podría resultar útil en algunos casos de duda acerca de la susceptibilidad a estas infecciones.

Hepatitis

Aunque Chile tiene una prevalencia de hepatitis B menor al 2%, las notificaciones han ido en aumento en los últimos años, principalmente por el incremento de conductas de riesgo tales como la realización de tatuajes, piercing, el uso de drogas, las relaciones sexuales sin protección y los trasplantes. De ahí que el año 2005 se decidiera hacer obligatoria su vacunación. De hecho, la OMS la había recomendado mundialmente cinco años antes debido a que previene el cáncer.

“La mayor complicación de la hepatitis B no es la infección aguda sino la cronicidad que puede conducir a cirrosis y, eventualmente, a cáncer del hígado”, recalca la doctora Wu.

La hepatitis A, en tanto, ha venido desatando brotes epidémicos nacionales en la última década, hecho que obligó a las autoridades a sumarla al PNI a partir del próximo año. “Si esta hepatitis afecta a los niños generalmente es asintomática o genera cuadros leves, por el contrario, cuando se produce en adultos puede provocar una falla hepática severa que podría requerir de un trasplante”, comenta.

La doctora Wu resalta que la vacuna contra la hepatitis A inmuniza no sólo a los vacunados, sino también a los menores y mayores de esa edad porque el virus deja de circular, poniendo una barrera protectiva. Por otra parte, los adultos y adolescentes podrían recurrir a una doble vacuna que ya está disponible y que produce inmunidad contra las hepatitis A y B, previa consulta con el especialista.

Finalmente, la pediatra del Hospital San Juan de Dios resalta que en el futuro sería conveniente incorporar al PNI la vacuna contra el Virus Papiloma Humano porque protege contra el cáncer cérvico-uterino.

Cecilia Coddou