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Nº 86 - 6 de abril de 2009

Escuela de Postgrado recibe a sus nuevos estudiantes
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Merecido homenaje a Dra. Teresa Pinto Hamuy
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Sociedad de Microbiología de Chile apuesta
por la descentralización
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

La anticoncepciÓn desde la clÍnica y la Ética

Más allá que la indispensable actualización en la materia, el curso de postgrado

“Anticonceptivos hormonales en el varón y la mujer” –que organizó entre el 27 y 28 de marzo de 2009 el Departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínico de la Universidad de Chile- abordó importantes temas de discusión valórica, como el abordaje de la paciente adolescente, y los aspectos éticos y morales de este tipo de planificación familiar.


El doctor Cristián Miranda, el sacerdote dominico fray Julián Riquelme, la pastora luterana Ute Seibert, el rabino Eduardo Waingortin y la directora del Instituto Chileno de Medicina Reproductiva, ICMER, doctora Soledad Díaz.

Así por ejemplo, los doctores Sergio Cheviakoff, académico perteneciente al departamento organizador; Ramiro Molina, académico del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente, CEMERA, y el doctor Luis Bahamondes, experto de la Universidad Estatal de Campinas, en Brasil, integraron un panel de discusión en el que dieron a conocer las diferencias legales y sanitarias entre ambos países en cuanto a la atención de las jóvenes en materia de anticoncepción, píldora del día después e incluso aborto. Esto, pues en Brasil una mujer que ha sido violada debe ser atendida por un profesional –no un interno ni un becado-, teniendo derecho a recibir la píldora del día después y tratamiento profiláctico para VIH; aún así, si queda embarazada, puede acceder a un aborto.

Luego, la mesa redonda que abordó los aspectos éticos y morales de la anticoncepción hormonal quedó compuesta por la directora del Instituto Chileno de Medicina Reproductiva, ICMER, doctora Soledad Díaz; el sacerdote dominico fray Julián Riquelme; la pastora luterana Ute Seibert y el rabino Eduardo Waingortin.

La doctora Díaz se refirió al principio de no maleficencia por el que parte la medicina, y en cómo los métodos de planificación familiar honran ese precepto dado que son la base de la paternidad responsable, evitan el aborto, previenen el maltrato infantil de los hijos no deseados y mejoran la sobrevida de las mujeres. El padre Riquelme dio a conocer su postura respecto al quehacer eclesiástico en materia de informar y servir a su comunidad, sin apuntar sólo al dogma católico en sí, sino que formando para ejercer el discernimiento en plenitud. Luego, la pastora Seibert informó que para la corriente luterana la base del crecimiento personal está en el autoconocimiento, y que el pecado se entiende como aquello que separa a las personas de Dios: “si pasa por la sexualidad, eso es algo más bien cultural que estrictamente religioso”. Por último, el rabino Waingortin explicó que para la religión judía la anticoncepción es algo aceptado después que una pareja haya engendrado dos hijos citando, por ejemplo, al Talmud, en donde se recomendaba el uso de esponjas del Mar Egeo a las mujeres que no quisieran concebir. Asimismo, y respecto de los métodos científicos de ayuda a las parejas infértiles, creen que son aceptables y plausibles dado su fin de concretar la bendición de la paternidad.

Desde esas perspectivas, analizaron diversas preguntas del moderador de este panel, el director del departamento organizador de este encuentro, doctor Cristián Miranda, por lo que se produjo un rico intercambio de experiencias.

El curso abordó los actuales avances en materia de estos fármacos y su relación y prescripción con respecto a patologías como endometriosis o enfermedad tromboembólica.

Cecilia Valenzuela