Dr. Giorgio Solimano |
El director de la Escuela de Salud Pública, Dr. Giorgio Solimano, planteó que la inexistencia de un marco legal que regule el aborto terapéutico en Chile no sólo conculca el derecho fundamental de las personas a elegir, sino que también genera costos sobre la salud física, mental y social de la población. En una columna publicada esta semana en el diario La Tercera, el profesional señala que cuando una madre cursa un embarazo incompatible con la vida extrauterina “está obligada a pasar por un doble duelo, pues sabe que su hijo no vivirá, pese a lo cual no puede evitar amarlo mientras está en su vientre, abrigando quizás la esperanza de un milagro, para después enfrentarse al drama de su fallecimiento”.
Agrega que incluso ese sufrimiento se distribuye en forma inequitativa en nuestra sociedad, ya que “mientras las familias de más recursos tienen la opción de pagar por un aborto –o en el mejor de los casos por una buena ayuda psicológica-, las más pobres tienen que resignarse a vivir todo el proceso, haciendo de cada ecografía un tormento y muchas veces sin nadie en quien apoyarse”. El director de la Escuela de Salud Pública manifiesta que, además, la calidad de la atención que esas madres reciben en el sistema público “suele traslucir contradicciones en el propio equipo de salud en cuanto a formación, creencias e ideología de sus profesionales”, aumentando la angustia y la desorientación de las pacientes y sus familias.
En este sentido, el Dr. Solimano dio a conocer los resultados de un estudio realizado por la Escuela en conjunto con otras instituciones ligadas al tema y financiado por la Fundación Ford , el cual reveló que la mayoría de los profesionales de la salud están a favor de que exista la posibilidad de elegir, pues ese solo hecho ayudaría a aliviar el dolor de la pérdida. El análisis también recogió testimonios de madres que cursan embarazos con malformaciones fetales -como anencefalia y síndrome de Potter-, todas quienes abogaron por el derecho de las mujeres a decidir en situaciones como ésta.
“La libertad de elección debe ir más allá de discusiones ideológicas o creencias religiosas”, precisó Solimano, agregando que ésta “ha de ser parte de un cambio que ya está ocurriendo en la sociedad chilena y que se refleja en debates como el de la anticoncepción de emergencia, la tuición de los hijos y ahora el aborto terapéutico”.
Daniela Araneda
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