| Natalia Saldías, a nombre de la generación 2008 de la Escuela de Enfermería, se refirió a su formación universitaria como “un largo cuento de cinco capítulos, que continúa en la larga novela llamada vida”. A su vez, la decana de la Facultad de Medicina, doctora Cecilia Sepúlveda, describió las graduaciones como “el epílogo de un libro que hemos leído casi siempre con placer, a veces con esfuerzo y siempre con dedicación. A la vez, son también el prólogo de otro texto que ansiamos empezar a leer, del cual tenemos los juicios e impresiones de otros, pero cuyo tenor sólo lo dilucida la experiencia de la lectura personal, única e irrepetible”.
Así, quienes iniciaron su carrera profesional como enfermeras el 8 de enero de 2009, y la máxima autoridad del plantel, coincidieron en el análisis del momento más significativo y esperado en la formación de 80 jóvenes. Pero también en que es sólo una nueva primera página.
Abriendo la solemne ceremonia, la profesora Vilma Mejía, directora de la escuela anfitriona, hizo una breve revisión de sus 102 años de trayectoria, destacándola como la única en su disciplina a nivel nacional acreditada por el período máximo de siete años. Luego, señaló que a nivel mundial existe un déficit de 2,4 millones de enfermeras, añadiendo que “esto no es casual, el requerimiento de la sociedad se sustenta en la necesidad de un profesional de la salud con la formación que brinda nuestra disciplina. Por ello, nuestra escuela, preocupada de la constante actualización, está desarrollando el proceso de innovación curricular, cuyo propósito está centrado en la formación de pregrado y las reformas necesarias para seguir dando respuesta a las demandas y necesidades socioculturales crecientes de nuestro país”.
Los mejores egresados, Sebastián Otayza y Francisca Arias junto a la decana de la Facultad de Medicina, doctora Cecilia Sepúlveda. |
En ese mismo derrotero, la doctora Sepúlveda dijo que “cuando las necesidades del sistema demandan más profesionales de la Enfermería, con satisfacción constatamos que nuestras egresados son altamente valorados por los empleadores, tanto del ámbito público como del privado. En la Facultad de Medicina la calidad no es un accidente, sino un resultado que se construye día a día con el aporte de todos, sin excepción, y eso marca una diferencia sustantiva con cualquier otra institución formadora del país”. Por su rendimiento académico, fueron destacados los egresados Francisca Arias y Sebastián Otayza; como mejor compañera, fue elegida Deborah Valenzuela y el premio Florence Nightingale recayó en las egresadas Paloma Carreño y María Belén Galarce.
Cecilia Valenzuela |
