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Nº 79 - 9 de enero de 2009

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Sector no fumadores: el mito
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Cuartos cerrados y sistemas de ventilaciÓn estipulados
por ley son insuficientes

Sector no fumadores: el mito

  • Reciente estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins demuestra que la separación de ambientes en locales públicos disminuye la exposición a nicotina, pero no la elimina, por lo que sigue representando un peligro para sus clientes, siendo más grave aún para sus trabajadores.

Dra. Marcia Erazo

No basta con cerrar la puerta. Esa es la principal conclusión del más reciente estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins de Estados Unidos: en los bares y restaurantes que cuentan con sectores separados para fumadores y para no fumadores, la aislación exigida por la ley 19.419 no es suficiente como para hacer desaparecer la nicotina ambiental en el área de quienes no consumen cigarrillos.

Las cifras lo demuestran: en este tipo de locales mixtos, la concentración de vapores de nicotina en el sector de fumadores es de 8.09 microgramos por metro cúbico (ug/m3), y de 1.1 ug/m3 en el de no fumadores, versus los 11.7 ug/m3 que se detectan en los locales sólo para fumadores. “Es importante destacar que aún cuando los niveles son menores en ambos sectores que los percibidos en los bares y restaurantes con libertad para fumar, nunca llegan a cero como podría esperarse”, explica la doctora en Salud Pública y académica de la Facultad de Medicina de la Casa de Bello, profesora Marcia Erazo, investigadora principal de este proyecto, cuya coinvestigadora es la doctora Verónica Iglesias.

Apelación a dictamen de Contraloría

Con estos resultados científicos, la institución espera respaldar a la Subsecretaría de Salud Pública, entidad que durante diciembre recién pasado solicitó a la Contraloría General de la República reconsiderar el dictamen 29.554 que emitió el año 2007 sobre la resolución exenta Nº 523 –que instruye la implementación de la ley antitabaco-, sentencia que, entre otros puntos, declara que “la ley no ha contemplado a través de qué mecanismo debe obtenerse el aislamiento del sector habilitado para fumar, lo cual es posible no sólo mediante la instalación o construcción de separaciones físicas no permeables, como lo exige este instructivo, siendo suficiente para que se dé cumplimiento a este requisito legal que dicho sector esté clara y efectivamente aislado”.

“Este dictamen fue un claro éxito de las tabacaleras y las asociaciones de bares y restaurantes contra la ley 19.419, pues basándose en que el significado del vocablo “aislado” se refiere a impedir el paso o la trasmisión del calor, la electricidad o el sonido, y en este caso, del humo del tabaco, la Contraloría señala que no es indispensable que exista una separación sólida y física entre los ambientes de fumadores y no fumadores, porque esa aislación podría proveerla otro método, como podrían ser sistemas de aire acondicionado o ventilación. Pero nosotros acabamos de demostrar que ni siquiera el que existan muros, puertas y ductos de extracción de aire impide que haya nicotina en el espacio de los que no consumen cigarrillos; mal podrían entonces llegar estos niveles a cero si no existieran estas barreras”, añade la doctora Erazo.

Por su parte, la apelación presentada por la Subsecretaría de Salud argumenta que “los demás sistemas disponibles, además de no ser suficientes para eliminar el humo del tabaco y lograr un adecuado aislamiento, son de alto costo, no están al alcance de todos los locales regulados e importan una dificultad para la fiscalización, puesto que la autoridad sanitaria no tendría control sobre si éstos estarían permanentemente funcionando, y de su efectividad, salvo que se implementaran costosos sistemas de monitoreo”.

Los indesmentibles resultados

La realización del estudio siguió dos líneas: la primera hipótesis cuyo fin fue dilucidar si después de la implementación de la mentada ley disminuyeron los niveles de concentración de nicotina en los bares y restaurantes de Santiago, y la segunda, que ahondó en la exposición a este contaminante que deben enfrentar los trabajadores de estos locales, y la relación que esta situación puede tener con los problemas respiratorios que manifiestan.

Para la investigación de la primera teoría, se basaron en un estudio internacional realizado el 2002 y publicado dos años después, que incluyó varios países de Latinoamérica, entre los cuales figuró Chile. En dicho proyecto, participaron 10 bares y restaurantes nacionales, en los cuales sus autores determinaron que las cifras de nicotina en el ambiente promediaba los 3.65 ug/m3 en los bares y los 1.24 ug/m3 en restaurantes, las más altas mediciones comparadas con otros lugares públicos, como municipalidades o aeropuertos.

En su proyecto, los investigadores liderados por la doctora Erazo incluyeron 31 bares y restaurantes –seis de los cuales participaron del estudio del 2002- y a 97 trabajadores no fumadores. En los locales, instalaron dos monitores para detectar concentración de nicotina durante una semana, y los funcionarios incluidos debieron usar dos de estos aparatos durante 24 horas seguidas, uno mientras trabajaban y otro al irse a sus hogares. Estos monitores, una vez retirados, fueron analizados en la Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins, con los resultados ya señalados.

Fumadores en locales libres de humo de tabaco

Por otra parte, en sus encuestas a los dueños de los locales, los investigadores determinaron que en el 33% de los recintos exclusivos para no fumadores, entre el 25% y el 50% de los clientes fuma. Asimismo, que el promedio de los bares para no fumadores mide 115 metros cuadrados , siendo que la ley establece que tienen que tener 100 o menos, de lo contrario establecer sectores separados.

Y respecto de la salud de los trabajadores no consumidores de tabaco que se desempeñan en locales para fumadores o con separación de ambientes –los investigadores esperan dar a conocer los resultados detallados en dos publicaciones científicas- concluyeron que éstos son los que presentaron mayor sintomatología como tos matinal, flema, escozor de garganta, ardor de ojos, sibilancia y dificultad para respirar.

“Si eso lo relacionamos, por ejemplo, con que el 40% de los diagnósticos de cáncer de pulmón –que totalizan 2.700 al año- son atribuibles a exposición involuntaria a cigarrillo, es decir 1.080 personas anualmente, aquí hay grandes interrogantes de quién se hace cargo de estos pacientes, que no eligieron fumar, y que enfrentan una enfermedad que acorta su vida en una década. Pasa lo mismo con el infarto al miocardio: el 30% de los casos están explicados por la exposición al tabaco”, finaliza la doctora Erazo.

Cecilia Valenzuela