El humo de tabaco presente en el ambiente sería la causa de casi el 40% de los casos de cáncer de pulmón tipo adenocarcinoma en nuestro país. Por otra parte, el 74% de las 2.665 personas que son diagnosticadas anualmente evitarían enfermar de cáncer pulmonar si no fumaran.

Doctores Alvaro Undurraga, Paulina Pino, Hugo Amigo, Marcia Erazo, Manuel Oyarzún y Sergio Muñoz.

Estas impactantes cifras forman parte de las conclusiones de la tesis doctoral de la enfermera y académica de la Facultad de Medicina, profesora Marcia Erazo. La profesional, docente del Departamento de Nutrición y subdirectora de la Escuela de Enfermería, cursó durante cuatro años el programa impartido por la Escuela de Salud Pública y se convirtió en la primera Doctora en Salud Pública formada en Chile.

En su investigación, denominada “Rol del tabaquismo en cáncer pulmonar y dos de sus tipos histológicos”, evaluó el impacto epidemiológico del consumo de tabaco en los tipos histológicos adenocarcinoma y epidermoide o escamoso. Estas formas de cáncer pulmonar presentan una alta incidencia en el país y son particularmente agresivas, con una sobrevida a cinco años del diagnóstico que no sobrepasa el 22%.

El estudio consideró 210 casos -138 mujeres y 72 hombres- de pacientes con distintos tipos de cáncer de pulmón, diagnosticados entre los años 2001 y 2006. 68 de ellos padecían de adenocarcinoma, el cual se presenta en las vías respiratorias periféricas y 47 epidermoide o escamoso, que se localiza a nivel central.

Este último tipo histológico presenta la mayor asociación con el tabaquismo, al constatarse que el 94% de los enfermos había fumado al menos cien cigarrillos en su vida. Para el adenocarcinoma, el hábito tabáquico estuvo presente en el 63% de los casos.

Al analizar el cáncer pulmonar en general, se detectó que el 65% de las mujeres y el 91% de los hombres había fumado en alguna etapa de la vida. De los 210 pacientes estudiados, sólo 55 se declararon no fumadores y de ellos, al menos el 50% estuvo expuesto a tabaquismo involuntario en sus lugares de trabajo, advirtió la profesora Erazo.

Frente a esta realidad, y al cumplirse un año desde la entrada en vigencia de la Ley Antitabaco, sostuvo que “la sola situación de los fumadores pasivos da suficiente sustento al cuerpo legal”, al tiempo que lamentó que sólo el 5% de los consumidores de tabaco haya dejado el hábito tras la promulgación de la norma. A su juicio, las campañas debieran apuntar no sólo a desincentivar el consumo entre los fumadores, sino también a evitar o retardar el inicio del consumo dado que “al postergar la edad de inicio del hábito tabáquico, al menos estaremos logrando reducir el tiempo de exposición y, con ello, el riesgo de contraer cáncer y otras enfermedades”, puntualizó la Doctora en Salud Pública.

Daniela Araneda