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Nº 21 - 20 de agosto de 2007

Tercera generación del Programa Ciencia de Frontera
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Corfo Innova, oportunidades de crecer
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1er Congreso de FarmacologÍa Clínica para Estudiantes de la Salud
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

CientÍficos de la U de Chile prueban innovadores y efectivos tratamientos
Tres frentes para atacar el cÁncer prostÁtico

  • Investigaciones las realizan en un modelo celular pionero en su aplicación al cáncer prostático, que reproduce el comportamiento de estos tumores in vitro.

Tres alternativas de tratamiento para el cáncer prostático están explorando investigadores del Laboratorio de Andrología Celular y Molecular, perteneciente al Programa de Fisiología y Biofísica, ICBM, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en las cuales no sólo han demostrado muy buenos resultados sino que, además, utilizan un modelo experimental desarrollado por primera vez para el estudio de este cáncer.

El doctor Enrique Castellón, jefe de este laboratorio y profesor asociado del plantel, cuenta que “gracias a nuestros vínculos con investigadores del Hospital Cínico de la Universidad de Chile, el Instituto Nacional del Cáncer y la Corporación Nacional del Cáncer, tenemos acceso a una enorme cantidad y variedad de muestras celulares provenientes de tumores prostáticos, de pacientes que se encuentran en diferentes etapas de la enfermedad. Con esas células desarrollamos un modelo del cultivo aplicado por primera vez en el cáncer prostático, que se basa en mantener, en condiciones especiales, las principales características que el tumor tiene cuando se desarrolla en el paciente. Estos sistemas de cultivos primarios son diferentes de los cultivos que se obtienen a partir de líneas celulares establecidas y disponibles comercialmente, que no necesariamente representan el comportamiento de un tumor in vivo”.

O sea, crean cultivos similares a los tumores de cáncer prostático en sus laboratorios, con el fin de probar nuevos métodos diagnósticos y alternativas de tratamiento, de manera de mejorar la calidad de vida de los pacientes que tienen esta patología.

Un nuevo uso para una droga probada

Una de estas nuevas opciones de tratamiento se basa en el uso innovador de un tipo de droga que ya se prescribe a los varones que tienen esta enfermedad, los análogos de un neuropéptido llamado GnRH. Hasta hoy, estos medicamentos se utilizan como hormonoterapia para bloquear el eje hipotálamo hipofisiario, de manera de suprimir la producción de testosterona y así detener el crecimiento tumoral, con buenos resultados pero efectos secundarios indeseables, sobre todo en hombres jóvenes y sexualmente activos. “Es el equivalente a una castración farmacológica, es decir disminuye la libido, aparecen la disfunción eréctil, infertilidad y caracteres femeninos, como ginecomastia y distribución de la grasa corporal más parecida a la de las mujeres. Hasta podría haber daño óseo si la medicación es muy prolongada”. Incluso, con el correr del tiempo, el tumor puede hacerse resistente a este tratamiento, explica el doctor Castellón.

Por ello, señala que según las investigaciones hechas en su equipo, los receptores de GnRH se encuentran normalmente en la hipófisis, “pero nosotros hemos descubierto en nuestros cultivos primarios que aparecen también en el mismo tumor, debido al proceso de desdiferenciación que desarrollan las células cancerosas, que hace que empiecen a expresar genes que normalmente no se expresan en estas células. Los analizamos y evidenciamos que el receptor de este neuropéptido en la próstata está asociado a mecanismos moleculares que hacen que la célula cancerosa detenga su proliferación y haga apoptosis; es decir, muera. Así, probamos distintos análogos de GnRH en nuestros cultivos primarios y certificamos que efectivamente matan a la células cancerosas, aunque en dosis un poco mayores que las que alcanza el individuo en el plasma cuando se utilizan para bloquear el eje hipotálamo hipofisiario”, explica el doctor Castellón.

Con este conocimiento, sostiene que una buena alternativa terapéutica sería administrar este neuropéptido a los pacientes directamente en la próstata con lo cual se podrían alcanzar las dosis deseadas sin efectos secundarios en el resto del organismo. Estos resultados ya se han publicado en revistas científicas y presentado en diferentes congresos de urología y de áreas afines, por los cuales se han recibido 4 reconocimientos a nivel nacional y uno a nivel internacional. Los beneficios de esta vía, además de detener el cáncer, se refieren a disminuir notoriamente los efectos secundarios y obtener efectividad incluso en tumores que se hacen resistentes a la hormonoterapia. Esta terapia debería ser probada ahora en ensayos clínicos en pacientes que cumplan los criterios para este tipo de ensayos.

Disminuyendo la resistencia a quimioterapia

Otra línea de investigación del equipo del doctor Castellón se refiere a recuperar la sensibilidad de las células cancerosas frente a la quimioterapia. También en sus cultivos primarios, vieron que en los tumores se presentan en exceso tres proteínas llamadas de multirresistencia a drogas, que de alguna manera lo “blindan” ante tratamientos químicos. “Así, pensamos que se debiera poder inhibir a estas proteínas, y probamos distintas moléculas descritas en la literatura con esta funcionalidad, con resultados variables. Por ello, buscamos otra aproximación a través del bloqueo de la expresión de estas proteínas, mediante el uso del RNAs de interferencia, que son pequeñas moléculas que se introducen en la célula e impiden que estas proteínas se produzcan, con lo que hemos logrado recuperar la sensibilidad frente a la quimioterapia de forma importante”.

Ahora, los investigadores están pensando en cómo hacer llegar al paciente esta técnica, “respecto de lo cual creo que la nanotecnología podrá ser un aporte, aunque no sería algo a corto plazo”, añade el especialista.

¿La panacea?

Y una fórmula que podría ser la panacea, a decir del científico, es bloquear el eje hipotálamo hipofisiario pero sin los efectos secundarios de la hormonoterapia actual, con análogos de la testosterona que no tendrían efectos negativos sobre la próstata. “El Population Council de Estados Unidos supo de nuestros cultivos primarios y financió un estudio, en conjunto con investigadores del Instituto Chileno de Medicina Reproductiva, ICMER, para que analizáramos el uso de una sustancia análoga que se ha desarrollado con otros fines, llamada MENT y con la característica que, ya en la próstata, no se convierte en un metabolito muy activo llamado dihidrotestosterona, o DHT que estimula el crecimiento tumoral, como sí sucede con la testosterona de manera natural. Nosotros la probamos y descubrimos que no posee efectos estimuladores en las células prostáticas a las concentraciones a las cuales bloquea el eje hipotálamo hipofisiario”, explica el doctor Castellón.

O sea, con un medicamento ya aprobado por la FDA y con patente comercial en manos de un laboratorio se podría detener el cáncer prostático, sin las temidas consecuencias de los tratamientos actuales. “Ahora nos falta demostrar que esto sucede tal como lo describimos in vitro, pero en pacientes, para luego comenzar ensayos clínicos. Y si así fuera, sería una solución real para todos los varones que tienen esta enfermedad”.

 

Cecilia Valenzuela