Los gestos de sorpresa se repetían a cada segundo, la emoción se sentía en el ambiente, eran 25 años de lejanía entre compañeros que pasaron siete años juntos, compartiendo experiencias en los rincones de la Facultad de Medicina.
25 años después, la Decana, Dra. Cecilia Sepúlveda saluda
a la promoción postergada . |
Este sábado 13 de diciembre la generación de Médicos Cirujanos de 1983 realizó su ceremonia de graduación en el Aula Magna, doctor Gabriel Gasic, convocando a casi un centenar de egresados, quiénes en esta singular ocasión fueron acompañados por sus padres, sus hijos y algunos también por sus nietos.
El acto, que producto de distintas circunstancias y momentos difíciles que pasó la Facultad de Medicina y la Universidad de Chile en esa época, se realizó con 25 años de retraso, fue presidido por la decana del plantel, doctora Cecilia Sepúlveda y el director del Departamento de Medicina del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, doctor Alejandro Cotera.
En su discurso, la representante de la generación, doctora Gloria Durán, se refirió a las vivencias y al fuerte vínculo que los une: “Existen lazos que aunque parezcan invisibles son muy fuertes, y éstos no se han roto en estos 25 años”.
También realizó una comparación entre su generación y las actuales: “Nosotros hemos tenido que realizar una constante adaptación a las nuevas tecnologías, que la generación actual no ha tenido que enfrentar, pues siempre convivieron con ella. Ha sido un difícil proceso, como también enfrentarnos a la nueva era del conocimiento”
Posteriormente se dio paso a la entrega de diplomas y del premio a la mejor egresada de la generación, que recayó en la doctora Patricia Fardella. Fueron esos momentos donde el sentido de pertenencia de cada uno de los egresados fue visible para los asistentes: volvieron a ser los mismos de hace 25 años, retornaron los apodos, las risas, los piropos para las compañeras y los gestos de complicidad.
Dra. Patricia Fardella recibe el premio de Mejor Egresada de la generación 83 |
Por su parte, la doctora Cecilia Sepúlveda, se refirió a los momentos difíciles que impidieron la graduación de la generación de 1983 y aludió a estas ceremonias señalando que son el gran reloj de las instituciones universitarias: “ Sometido al paso inexorable del tiempo y también a los avatares de las épocas, en muy excepcionales ocasiones su engranaje se ha detenido. La vida dispuso que ustedes, queridos colegas de la promoción 1983, fueran parte de esos excepcionales momentos en que el reloj de esta Casa se detuvo”, dijo la decana.
Y agregó: “Por diferentes circunstancias, vuestra generación de médicos y médicas fue privada de cerrar su ciclo de vida estudiantil… A la sazón, Chile, nuestra Universidad y esta Facultad vivían momentos muy difíciles, que aunque ya lejanos, se han perpetuado como una mancha en la historia institucional, una cicatriz en la memoria de las personas que lo vivieron y, lamentablemente también, como un antecedente directo de la actual situación de la salud y la educación en nuestro país”.
Finalmente la principal autoridad del plantel señaló: “Los estudiantes que hoy siguen sus pasos requieren de vuestra retroalimentación. Los invito a fortalecer el vínculo con su Alma Mater a través de la comunidad de egresados que estamos formando. La experiencia en materias de salud es invaluable y su transmisión a las nuevas generaciones es indispensable para el desarrollo de nuestro país”.
Posteriormente, los graduados se dirigieron al frontis de la facultad, para tomar la fotografía oficial junto a la decana de la institución. Un momento en el que se reunieron tres generaciones de esta historia: los egresados, sus padres y ahora también sus hijos. Un instante que revivió las numerosas experiencias de cada uno de ellos, recuerdos que habían estado guardados por 25 años.
Claudia Fernández
Subdirección de Marketing
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