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Nº 76 - 12 de diciembre de 2008

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

En materia de diagnÓstico, tratamiento y seguimiento
de pacientes con VIH

Chile clasificado como paÍs de alto
desarrollo humano

  • Libro “A Decade of HAART”, publicado por Oxford University Press, incluye la colaboración del doctor Marcelo Wolff, académico de la Fundación Arriarán de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Doctor Marcelo Wolff

Gracias a los avances generados por las actuales políticas públicas en materia de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la enfermedad por VIH (SIDA), Chile fue incluido como uno de los modelos entre los países de alto desarrollo humano en el libro “A Decade of HAART” (terapia antirretroviral, por su sigla en inglés), publicado por Oxford University Press, que conmemora los primeros 10 años de terapia efectiva y que contiene la colaboración del doctor Marcelo Wolff, director de la Fundación Arriarán y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

En su texto, el doctor Wolff hace una revisión histórica desde 1993 hasta hoy, partiendo por las cifras que dan cuenta de la expansión de esta epidemia y la aplicación de la monoterapia; la biterapia en 1996 y su política de entrega en el sistema público de salud y la generación, por ello, de la red de centros de atención para pacientes con VIH asociados a los servicios de salud de todo el país. Paralelamente, informa acerca del acceso que podían tener las personas afiliadas al sector privado; el programa de acceso expandido a la terapia estándar actual –triterapia- desde el año 2001, lo que dio pie a la migración de pacientes desde el área privada al sector público, y la creación, el mismo año, de la Cohorte Chilena de SIDA. Por último, aborda la creación de guías con las políticas para el tratamiento de estos pacientes –en colaboración con la Sociedad Chilena de Infectología y Conasida, entre otras instituciones-; el acceso total, gratuito y garantizado a la terapia moderna desde el 2003; la reforma de salud y, con ello, el acceso de los pacientes pertenecientes a isapres al tratamiento.

Además, detalla la información obtenida gracias a la Cohorte Chilena de SIDA –centralizada en la Fundación Arriarán-, que permite la creación de las diferentes guías, así como la implementación de garantías en el programa nacional que relacionan la carga asistencial de los centros de atención con los recursos profesionales y de infraestructura que deben tener.

“El participar de este libro, prologado por el Premio Nobel de Medicina Luc Montagnier , es un orgullo tanto para el país como para la Facultad de Medicina, porque refleja que somos capaces de crear políticas de salud eficientes, así como los métodos para evaluarlas, los cuales pueden ser modelo. La misión de la Cohorte Chilena de SIDA es recabar los antecedentes que emanan de los diferentes centros para pacientes con VIH de todo el país, y que aplican la misma guía de atención; analizar esa información, entender la situación global y, con ello, detectar necesidades y sugerir nuevas políticas en la materia. Los países que hacen este tipo de evaluaciones, o son industrializados, por lo que cuentan con amplios recursos para ello, o son de los que no cuentan con ningún recurso y, por ello, son analizados por expertos provenientes del extranjero. Nosotros somos el único país de ingresos medios que ha podido establecer este sistema de trabajo, que es perfectamente replicable en otras naciones con características similares”, explica el doctor Marcelo Wolff.

Desde su perspectiva entonces, ¿cuál fue la razón de la actual crisis del SIDA?

Creo que el sistema de salud ha sido forzado a labores administrativas que lo están agobiando; de esta forma, se pierde la perspectiva de lo prioritario. Además, hay una ambigua definición de funciones. Y, desde el punto de vista de las personas que se hacen el examen, existen quienes hacen lo posible para no ser ubicados y lo hacen porque sospechan que pueden estar infectados y saben que si la muestra no se les informa negativamente de inmediato, puede haber problemas y entra en una actitud de negación. Esto se complica con el tema del derecho a la confidencialidad, porque hay que cuidar de no pasar a llevar esta premisa en un escenario que es ambiguo, porque se contrapone con el actual fomento de la pesquisa y búsqueda de las personas infectadas.

Lo anterior, explica, podría ser resuelto mediante una consejería mejor orientada y “establecer flujogramas operacionales más precisos, determinar quién es el responsable de las notificaciones, si el médico tratante, el banco de sangre o quién. Hay que simplificar el procedimiento”.

Cecilia Valenzuela