Doctor Jorge Torres Pereyra. |
A principios de los años ' 60, mientras estudiaba el tercer año de la carrera de Medicina en la U. de Chile, le fue otorgado el premio al mejor alumno de la Cátedra de Fisiopatología. En ese entonces el doctor Enrique Egaña elegía una terna con las mejores notas del curso y solicitaba a los estudiantes que escogieran al compañero que se merecía el primer lugar. No era, por lo tanto, sólo un galardón en base a rendimiento, también se evaluaba la calidad humana del alumno. Quizás por eso es uno de los reconocimientos que más ha atesorado: “Recuerdo que el doctor Egaña me regaló un libro de Van Gogh, interesado como siempre en fomentar en sus estudiantes otros intereses además de los científicos”, comenta el doctor Jorge Torres Pereyra, director del Departamento de Pediatría y Cirugía Norte.
Han pasado más de 40 años desde que obtuviera ese estímulo y ahora se prepara para añadir otro a los tantos que ha cosechado desde que se recibiera como médico. El sábado 29 de noviembre la Sociedad Chilena de Pediatría le otorgó el Premio a la Excelencia Académica año 2008.
“Este es un reconocimiento que recibo en nombre de toda la gente que me acompañó, ayudó y trabajó conmigo para desarrollar la medicina, pediatría y neonatología en Chile. Vayan mis agradecimientos a las enfermeras, matronas, auxiliares, becados y médicos, pero también a mi familia que ha sabido ser paciente y apoyarme en mis locuras”, señala el doctor Torres Pereyra.
El académico, quien ha trabajado en diversos hospitales de Santiago y regiones, entre ellos, el Roberto del Río, donde se desempeña actualmente como director académico de la U. de Chile, además de director de departamento, ha sido un activo formador de postítulo a lo largo de todo el país.
De hecho, ha realizado cursos de educación continua de Arica a Punta Arenas, mientras que buena parte de los especialistas que hoy conforman las servicios pediátricos y las unidades de neonatología se han capacitado junto a él. “Nuestro programa de neonatología es el más antiguo del país y ya cuenta con más de 40 egresados”, señala orgulloso en su rol de director de esta especialidad derivada que imparte la Escuela de Postgrado de la Facultad de Medicina.
Nuestros egresados son distintos
El médico explica que, junto al equipo formador, se ha esforzado por otorgar a las nuevas generaciones una educación de excelencia, en que el componente humano juega un rol fundamental. “Queremos personas con fuerza, voluntad de entrega, médicos que se dan el tiempo para hablar con los padres y la familia de sus pacientes, individuos más humanos y serviciales. Creo que en eso hemos cumplido porque nuestros egresados tienen esa impronta, son distintos, lo que nos llena de gratificaciones y premia día a día”, reconoce el doctor Torres Pereyra.
El médico, quien tiene dos varones que han seguido sus pasos profesionales, también reconoce que eso ha influido en su forma de educar. “Ellos me han motivado mucho porque en cada becado veo representados a mis hijos y pienso en lo que quisiera entregarles como modelo formativo”, plantea.
Asimismo, el doctor Torres Pereyra valora la relevancia de la investigación en el campo docente. De hecho, a lo largo de su carrera se ha dedicado a diversas temáticas, entre ellas, la asfixia e infecciones perinatales, además de la maduración pulmonar y la educación participativa. Aún más, obtuvo cinco proyectos Fondecyt.
El especialista también ha promovido en los alumnos el interés por conocer otras realidades. Explica que las visitas programadas al exterior son vitales y muy reveladoras. Por eso plantea que sería ideal que, tal como se hace con los programas de doctorado, los estudiantes de postítulo tuvieran la oportunidad de interiorizarse en el manejo clínico en otras latitudes. Y eso es algo que el académico conoce de sobra, ya que se ha formado en centros europeos y norteamericanos de primer nivel y hecho clases en planteles de gran renombre. También ha oficiado como consultor y asesor de diversos países e instituciones.
El doctor Torres Pereyra también confiesa que está preparándose para, en unos años, retirarse. Tiene deseos de dedicarse a la literatura, una de sus pasiones, y de continuar pescando, una de sus aficiones.
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Cecilia Coddou |
