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Nº 74 - 28 de noviembre de 2008

Dr. Jorge
Torres Pereyra
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Tema fue abordado por el doctor Claus Behn en conferencia del ICBM
Los problemas de los hijos de la
hambruna que no hacen deporte

“Somos los sobrevivientes de la hambruna y estamos seleccionados para soportarla. Sin embargo, los avances tecnológicos, el sedentarismo y la avalancha de mala comida, caracterizada por ser excesivamente dulce, tener pocas fibras y muchas de grasas saturadas están produciendo problemas de salud severos en la población, sobre todo cuando envejece”, comentó el doctor Claus Behn, académico del Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la U. de Chile.


Doctores Norbel Galanti y Claus Behn.

El fisiólogo, quien dirige el Laboratorio de Ambientes Extremos, cerró el jueves 26 de noviembre el ciclo de conferencias organizadas por el ICBM, las cuales estuvieron dirigidas a los funcionarios de la Facultad de Medicina interesados en profundizar sobre las investigaciones y actividades que se realizan al interior de sus laboratorios.

El doctor Behn presentó la conferencia “Deporte y Salud” en la que recalcó que, como es bien sabido, a mayor edad los costos asociados a los temas médicos se elevan, sin embargo éstos se incrementan aún más cuando las personas no hacen ejercicio.

El especialista recordó que la selección evolutiva hizo primar los genes ahorradores, aquellos que permitieron la sobrevivencia en tiempos de crisis y hambruna: “En otras palabras tenemos el genotipo ahorrador de la Edad de Piedra pero en el contexto actual, donde hay un exceso de comida y un marcado sedentarismo”, apuntó.

Según explicó, a mayor edad hay menor presión parcial de oxígeno en la sangre. Ello significa hipoxia, es decir, falta de oxígeno en relación a los requerimientos energéticos del cuerpo. “Esta es la bencina de nuestro organismo para mantenerlo, repararlo y reproducir sus funciones. Lo que hace la actividad física es prevenir esta situación mediante la anticipación, que es un cambio del sistema con vista a una condición futura”, comentó el investigador.

El trabajo cardíaco, por ejemplo, consiste en impulsar un volumen de sangre por minuto. Mientras más intensa es la actividad física mayor es la frecuencia cardíaca, sin embargo las personas que están entrenadas y hacen deporte, tienen mayor resistencia. Esto es especialmente significativo si un sujeto sufre un infarto al corazón porque tendrá mejores posibilidades de sobrevivir.

En otras palabras, la persona entrenada, cuyo corazón ha aprendido a anticiparse, tiene una frecuencia cardíaca menor y un volumen expulsivo mayor. “En la Edad de Piedra el hombre trotaba y corría permanentemente, ya fuera arrancando de algo o persiguiendo una presa, o sea, estamos programados para la resistencia aunque, en la actualidad, la gran mayoría no realice ejercicio”, resaltó.

De hecho, los deportistas tienen un corazón de mayor tamaño, lo que podría ser complicado si se considera que a mayor tensión aumenta el consumo de oxígeno. Afortunadamente, la tensión también interviene en el grosor de la pared de este músculo, lo que hace que se mantenga constante tanto la tensión como el gasto de oxígeno.

Ejercicio matutino

“Yo le pregunto a mis estudiantes si antes de venir se lavaron los dientes y la cara, todos contestan asombrados que sí y después les consulto si hicieron otro tanto con sus arterias y la respuesta siempre es: ¿y cómo? Bueno muy fácil, haciendo un poco de ejercicio cada mañana”, señaló el doctor Behn.

El doctor explicó que por la noche la sangre fluye más lentamente, lo que favorece la adherencia de las plaquetas. Por eso es tan importante hacer cada mañana una sesión de higiene interior que evite los trombos. Esto es especialmente relevante en personas postradas u operadas que deben estar por largas horas sin moverse. “Es muy importante que el equipo de salud, el kinesiólogo o el terapeuta ocupacional, indique los ejercicios que deberían hacer para prevenir este problema que, incluso, puede llegar a ser fatal”.

Respecto a la obesidad y siempre considerando el principio de la anticipación, cuando la persona hace ejercicio se liberan grasas del tejido adiposo para que pueda tener energía, por eso es relevante que haga ejercicio en forma constante, ojalá tres veces por semana, para que queme las grasas más rápido.

“Ojalá pudiéramos repasar nuestra manera de proceder y enseñar porque tener amarrados por ocho horas a los alumnos a una silla es un contrasentido”, acotó.

Cecilia Coddou