El cerebro tiene tres grandes modos de funcionamiento: vigilia, sueño No REM ( Rapid Eye Movement o Movimiento Ocular Rápido) y sueño REM. En el primero estamos despiertos, en el segundo dormimos más tranquilos y relajados, además, nuestra respiración es regular; en el REM, en cambio, la persona parece que estuviera alerta aunque con atonía, es decir, prácticamente sin tono muscular.
Dr. Ennio Vivaldi, vicedecano de la Facultad de Medicina. |
Durante la noche los sujetos transitan por los modos REM y no REM y si bien el estado onírico se desarrolla en ambos, son capaces de recordar y producir sueños más complejos durante la etapa REM. Justamente es en esta forma de funcionamiento cuando se excitan las áreas que tienen que ver con las emociones y, por el contrario, reducen su actividad las vinculadas al juicio, lo que explicaría por qué los sueños carecen de lógica y sentido.
Los estudios científicos han permitido demostrar que dormir y soñar son actividades necesarias para funcionar bien durante la vigilia. Aún más, el sueño ayuda a consolidar la memoria. “Al no tener un sueño profundo es como si no durmiéramos. Los niños, por ejemplo, tienen más de éste y la tercera edad menos, por eso, lo ideal es que no duerman siesta y acumulen el sueño para la noche”, comentó el doctor Ennio Vivaldi, académico del programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) y vicedecano de la Facultad de Medicina.
El médico ofreció una conferencia el 30 de octubre en el marco de las actividades de extensión organizadas por el Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) para los funcionarios de la facultad. En la ocasión, presentó la ponencia “Sueños, relojes biológicos y turnos laborales”, que tuvo una alta convocatoria.
El doctor Vivaldi recordó que las investigaciones efectuadas en ratas permitieron constatar que durante la noche estos animales reviven los patrones de circulación que han experimentado en el día, por ejemplo, al recorrer un laberinto. En otras palabras, el soñar les permite fijar lo aprendido durante la vigilia.
Lo mismo ocurre con el ser humano: “Esto explicaría por qué un alumno que estudió toda la noche puede tener un buen resultado en la prueba que rinde por la mañana, pero al cabo de tres días no recuerda lo ejercitado. Esto sucede porque si no durmió apropiadamente después de haber estudiado, no habrá consolidado lo aprendido”, explicó el vicedecano.
Turnos y ritmos biológicos
Para las personas que realizan turnos, es decir, trabajan de noche y duermen de día, es muy complicado habituarse a esta condición. Es que el ser humano no está adaptado para mantenerse despierto cuando se esconde el sol y, al contrario, dormir durante el día.
Doctores Ennio Vivaldi y Benjamín Suárez, subdirector del ICBM,
quien hizo la presentación del vicedecano. |
“La armonía del cuerpo se rompe con los turnos y esto aumenta la posibilidad de que haya accidentes laborales, que se elevan entre la medianoche y las cuatro de la mañana”, agregó el doctor Vivaldi.
Aún así hay personas que tienen una mayor adaptabilidad para modificar sus ritmos biológicos, sin embargo, en general todos producen problemas gastrointestinales, neuropsíquicos y cardiovasculares.
“Si un individuo va a conducir su automóvil y no ha dormido puede resultar más grave que el hecho de que haya ingerido suficiente alcohol como para no aprobar el alcotest. También se ha comprobado que los turnos reiterados aumentan los errores de los médicos, principalmente en lo que se refiere a diagnósticos mal hechos, no así tanto en los procedimientos, que son una actividad más automática”, comentó el especialista.
Por eso, recalcó, hay que respetar al ser humano en su descanso y calendarización de horarios. “Tenemos especificaciones de fábrica y es importante que nos hagamos cargo de ellas”, acotó.
Cecilia Coddou |
