A mediados de octubre se realizó, por primera vez en Estados Unidos, una cirugía destinada a corregir un tipo de malformación congénita del tórax llamada pectus carinatum o pecho de paloma, que afecta a alrededor de uno de cada 3.000 nacidos vivos y que, en ciertos casos, produce complicaciones respiratorias.
Dr. Patricio Varela enseñando la nueva técnica en Estados Unidos. |
Para llevar a cabo la operación, efectuada en uno de los centros médicos más importantes del mundo en patologías torácicas, el Children's Hospital of the King's Daughters de Norfolk (CHKD), se solicitó al académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, doctor Patricio Varela, que viajara a Virginia para capacitar a varios cirujanos infantiles en esta intervención pionera.
“Es un acontecimiento bastante inédito que un chileno reciba una invitación de Estados Unidos para enseñar a sus colegas cómo realizar una cirugía vanguardista, hecho que me enorgullece y satisface, sobre todo por las implicancias que tiene para la medicina nacional”, comenta el cirujano infantil, quien trabaja en el Hospital Luis Calvo Mackenna y en Clínica Las Condes.
El médico, profesor asistente del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente, explica que el 2007 asistió a un congreso mundial de su especialidad en que el doctor Horacio Abramson, argentino, dio a conocer una novedosa cirugía que había desarrollado para hacer frente a esta deformidad que, si bien no siempre genera problemas fisiológicos severos, suele provocar repercusiones en el campo emocional de los pacientes.
Al respecto, explica que el pectus carinatum, en que el tórax está visiblemente hacia fuera tal como la quilla de un barco, puede presentarse desde que el niño nace o bien manifestarse a alrededor de los ocho años. “Es una deformidad bastante evidente y en la mayoría de los casos altera la personalidad y autoestima de los pacientes, que suelen ser niños o jóvenes retraídos que evitan mostrar su pecho”, comenta.
El pectus carinatum, con una prevalencia cinco veces más alta en varones que en mujeres, sólo podía subsanarse mediante una cirugía agresiva que obligaba a realizar una incisión mayor mediante la cual era necesario fracturar y bajar el esternón, sacar algunas costillas y remodelar el tórax.
El nuevo procedimiento, que en pabellón no demora más de una hora, es mínimamente invasivo y sólo requiere de incisiones laterales que permiten introducir una barra de acero quirúrgico arqueada que se coloca debajo de la piel y que empuja el pecho hacia dentro, volviéndolo a la posición que siempre debiera haber tenido.
Esta barra se ajusta en los costados una vez que está bien ubicada y se retira al cabo de tres años con una cirugía ambulatoria. “El postoperatorio suele extenderse por tres o cuatro días porque el procedimiento genera dolor inicial, sin embargo estas molestias desaparecen al cabo de los primeros meses, tanto así que el paciente puede hacer una vida totalmente normal”, explica el doctor Varela.
Lo más recomendable es intervenir a los jóvenes en la pre adolescencia y adolescencia, ya que en ese período su tórax es más flexible y moldeable. De hecho, el doctor Varela operó en Estados Unidos a tres varones, dos de los cuales alcanzaban prácticamente la edad límite, ya que tenían 17 años.
Los orígenes
La iniciativa del doctor Abramson tiene su origen en una intervención creada a fines de los '80 por el doctor Donald Nuss, médico del CHKD, cuyo prestigio se debe a un procedimiento para revertir la deformidad torácica más común en el mundo: pectus excavatum, también conocida como pecho hundido o en embudo, que es justamente el opuesto al pectus carinatum. La patología se caracteriza porque el esternón se ubica hacia dentro provocando, en ciertos casos, compresión de los órganos torácicos, lo que puede traducirse en dificultades respiratorias, infecciones frecuentes, intolerancia al ejercicio y dolor.
La técnica inventada por el doctor Nuss para corregir la deformidad se ha transformado en un hito mundial de la cirugía moderna. Esta consiste en pasar una barra flexible de acero o titanio por debajo del hundimiento torácico, a través de dos incisiones pequeñas a los costados. Este implante corrige de inmediato la malformación y es removida al cabo de tres años en un procedimiento ambulatorio .
La intervención, mínimamente invasiva, despertó el interés de los cirujanos infantiles de todo el mundo, incluido el doctor Varela: “Yo estaba en Estados Unidos cuando el doctor Nuss la mostró a sus colegas por primera vez y tras contactarme con él, gentilmente me enseñó a realizarla”.
Ver más detalles
Cecilia Coddou |