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Nº 65 - 25 de septiembre de 2008

CENI se consolida como referente nacional
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Esta iniciativa Milenio es destacada en libro del Ministerio de EconomÍa
Centro de Neurociencias Integradas
se consolida como referente nacional

Próximamente será publicado el libro “70 casos exitosos de investigación científica y tecnológica”, desarrollado por la División de Innovación del Ministerio de Economía. Esta publicación, que reúne proyectos ejemplares llevados a cabo en el país en el último período, recoge la labor realizada por el Centro de Neurociencias Integradas (CENI), que es parte de la Iniciativa Científica Milenio y en la cual participan la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile.


Dr. Pedro Maldonado

El director del CENI, el académico del Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina, doctor Pedro Maldonado, destaca que en el centro donde participan como investigadores principales los doctores María de la Luz Aylwin , Miguel Concha, Manuel Kukuljan, Jimena Sierralta, Andrés Couve, Pedro Maldonado y Francisco Aboitiz, estudian el cerebro humano y de otros animales, entendiéndolo como un sistema complejo neuronal y que constituye uno de los desafíos más importantes del siglo.

De hecho, durante la última década las neurociencias han recibido gran atención y un aporte financiero sustantivo en muchos países desarrollados. Ello se explicaría porque entender las funciones básicas del cerebro tiene profundas y crecientes implicancias en la medicina, tanto en el diagnóstico como en la terapia de enfermedades del sistema nervioso.

“Hace diez años nadie en Chile hablaba de neurociencias, los términos que se usaban eran neurobiología y fisiología del sistema nervioso, aún así el ambiente nacional ya estaba maduro para instalar en el país esta área del conocimiento que, a fines de la década del 90, tuvo un crecimiento explosivo en el mundo desarrollado”, explica el Dr. Maldonado.

“Creo que el gran hito del CENI es más bien intangible aunque muy relevante: haberse transformado en un referente nacional en neurociencias, hecho que hemos podido confirmar, por ejemplo, con el alto número de estudiantes de magíster y doctorado que convocan nuestros laboratorios cada año”, resalta el doctor Maldonado.

Si bien el CENI, como iniciativa Milenio culmina este año, los investigadores que se han agrupado a su alrededor seguirán unidos a través de la ONG CENI que ellos mismos crearon para mantenerse cohesionados y obtener apoyo directo de instituciones externas.

Recursos para las ciencias biomédicas

Según comenta el académico, lamentablemente la ciencia en Chile se ha encauzado a la productividad inmediata, lo que reduce la prioridad sobre iniciativas como este centro, que se orienta más bien al área básica. “El financiamiento de las ciencias biomédicas no se percibe como muy optimista y si bien el Estado tiene todo el derecho a decidir dónde pondrá las platas, es arriesgado centrar el dinero en un solo eslabón de la cadena productiva y también lo es no consultar la opinión del mundo científico, como ha venido ocurriendo en los últimos años”, comenta.

Este desequilibrio podría tener una consecuencia directa en la formación de las nuevas generaciones y en la productividad científica. De hecho, son varios los egresados que se han formado en el CENI y que hoy están trabajando o efectuando posdoctorados en universidades y entidades internacionales de punta. “La demanda de los jóvenes aumenta y lo importante es que podamos satisfacerlas. Los centros y los institutos Milenio son una vía para hacerlo, pero si los fondos se reducen o congelan, entonces es difícil promover su crecimiento”, apunta Pedro Maldonado.

¿Académicos o empresarios?

El doctor Maldonado destaca que los investigadores del CENI tienen un rendimiento que sobrepasa al promedio nacional en impacto y número de publicaciones, lo cual no se representa necesariamente en la generación de productos que puedan instalarse en el mercado en forma inmediata.

“Las neurociencias tiene nichos de aplicación que nosotros eventualmente podríamos explotar, por ejemplo, en el campo de la extensión hemos realizado softwares para fortalecer la enseñanza en los colegios, pero hasta ahora esta iniciativa no la hemos considerado como un negocio, sino más bien como un aporte social”, plantea el doctor Maldonado.

Aún más, señala que en el contexto actual el sistema está exigiendo a los académicos que se conviertan en verdaderos empresarios: “Personalmente creo que esta no es la mejor manera de afrontar las carencias nacionales y estructurales, más bien es necesario formar gente de alto nivel que vaya inclinando hacia el área productiva”, recalca el director.

Plantea que en los países desarrollados hay una serie de instituciones intermedias que vinculan a las universidades con la empresa privada. En Chile esto prácticamente no existe y esa carencia es la que está obligando a los profesores universitarios a asumir roles que no representan su quehacer más inmediato que es formar, investigar y realizar extensión.

“Los científicos somos resilientes, hemos sobrevivido a situaciones muy difíciles y seguramente vamos a salir adelante, a menos claro que Chile se transforme en un país tecnócrata lo que es imposible sin el desarrollo paralelo del mundo científico”, concluye.

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Cecilia Coddou