Doctor Benjamín Suárez. |
Parece increíble pero el principal problema marino de Chile y otras partes del mundo son pequeños microorganismos del fitoplancton tan pequeños que habría que colocar en fila a 70 de ellos para que midieran apenas un milímetro. Aún así, su gran resistencia, movimiento constante y, lo más importante, su capacidad tóxica hacen que la Marea Roja se haya transformado en una de las preocupaciones nacionales que atraviesa los ámbitos de la salud y economía.
El jueves 24 de julio el doctor Benjamín Suárez, subdirector del Instituto de Ciencias Biomédicas y director del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, se refirió al tema en el marco del ciclo de charlas que el instituto está llevando a cabo para los funcionarios del plantel.
El profesor titular destacó que en Chiloé, donde la facultad tiene una sede de su Laboratorio de Toxinas Marinas inaugurada el 2007, se produce el 85% de todos los moluscos bivalvos que se comen en el país o exportan al extranjero, zona en que, además, se origina el 80% del salmón nacional. Por lo tanto, en el archipiélago se concentra buena parte de los centros de mitilicultura que son responsables, entre otros, de la industria de choritos y cholgas.
La Marea Roja es un fenómeno totalmente natural producido por el incremento numérico de las células de microalgas que, en ciertos casos, cambian el color del agua hacia un tono rojizo. “Hay 4.000 especies de fitoplancton y 40 de ellas producen sustancias tóxicas.”, explicó el investigador.
El ciclo ocurre de la siguiente manera: hay una floración algal nociva, que es el alimento de los mariscos filtradores, los cuales al comer estos microorganismos acumulan toxinas que se traspasan al hombre si es que éste ingiere el bivalvo contaminado.
En Chile hay veneno paralizante, diarreico y del que provoca amnesia. Esto ha determinado que las autoridades hagan monitoreo constante y cierren zonas de extracción. El doctor Suárez comentó que si se considera el número de afectados se puede señalar que los programas sanitarios están funcionando adecuadamente.
Veneno paralizante
El veneno paralizante, que puede producir incluso la muerte de quien come el marisco, presenta los primeros síntomas entre cuatro y 30 minutos después de la ingesta del producto. Provoca parestesias, pérdida de coordinación muscular, debilidad, parálisis ascendente, coma profundo y falla cardiorrespiratoria.
En estos casos lo más importante es llevar al intoxicado al servicio de urgencia más cercano y si es necesario darle respiración boca a boca todo el camino. Además, no hay que olvidar que las toxinas son termoestables, esto implica que la cocción no basta para anularlas.
El laboratorio que encabeza el doctor Suárez certifica los productos que no son tóxicos. De hecho, el académico comentó que el año 1999 analizaban 2.000 muestras y actualmente chequean 12.000.
Cecilia Coddou
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