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Nº 58 - 30 de julio de 2008

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Estimuladores optocinÉticos, de bajÍsimo costo
AcadÉmicos de la U. de Chile crean
equipamiento docente para Medicina

Con nuevo equipamiento completamente creado por académicos y funcionarios del Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas, ICBM, cuenta el Laboratorio Autovalente de Trabajos Prácticos Dr. Bruno Günther. Se trata de seis estimuladores optocinéticos que se utilizan para registrar la actividad electronistagmográfica del ojo, los que se fabricaron a partir de registradores dados de baja.


Junto a la máquina original y a su invención, los funcionarios Jorge Órdenes y Claudio Morales.

Según explica el doctor Ricardo Bull, a cargo de esta iniciativa, el Nistagmo es el movimiento reflejo del ojo mediante el cual éste sigue un objeto en movimiento. “Uno sigue con la vista aquello que le interesa; pero, si se está desplazando, tiende a salirse del campo visual, de manera que en el nistagmo se distinguen dos fases que son automáticas: la de seguimiento del objeto, que es lenta, y la devolución de la mirada, que es rápida, para fijarse en otro objeto, llamado movimiento sacádico. En su control está involucrado el tronco del encéfalo”.

Por ello, añade, la idea original era montar un trabajo práctico nuevo, para lo que se basaron en uno que había diseñado la profesora Elizabeth Pavez, de la Escuela de Tecnología Médica, que usa un tambor que se gira manualmente, mostrando una serie de bandas blancas y negras alternadas, de modo que el ojo tiende a seguir alguna de estas bandas; cada una de ellas permanece un pequeño lapso de tiempo dentro del campo visual, por lo que es posible registrar tanto cuando el ojo sigue la banda como cuando la mirada se devuelve.

“Lo que hicimos fue usar unos registradores que no se usaban, los cuales se caracterizan por tener una relojería y sistema de engranajes de muy buena calidad. Gracias al técnico de mecánica de precisión Claudio Morales y el ingeniero electrónico Jorge Órdenes, les cambiamos el motor y diseñamos un sistema electrónico para poder mantener constante la velocidad a la que gira el tambor, dentro de rango de frecuencias que se puede fijar a voluntad. De esta manera de podemos estimular de forma reproducible los ojos para ver la funcionalidad de este reflejo”, explicó el doctor Bull.

Cada uno a menos de $60 mil

Así, explica que los alumnos pueden aplicar los conocimientos básicos de electrofisiología a un problema clínico, lo que los estimula a aprender con mayor profundidad la ciencia que explica los mecanismos fisiológicos. “Este laboratorio cuenta con equipos de última generación para el registro de la actividad eléctrica, pero faltaban estos estimuladores que reemplazaran al tambor manual, el cual tenía las imprecisiones propias de su sistema manual. Gracias a una inversión total de $350.000, diseñamos construimos seis estimuladores optocinéticos que ya fueron utilizados por 200 estudiantes de segundo año de Medicina, sin problemas, pues los resultados salen perfectos al obtener los registros deseados”.

Este avance permitirá su utilización por parte de estudiantes de diferentes carreras de la salud que requieran de este tipo de técnicas, lo cual tiene muy satisfecho al doctor Bull y su equipo, pues este trabajo no sólo aprovechó recursos existentes con una bajísima inversión, sino que mejorará el aprendizaje de centenares de futuros profesionales de nuestra facultad.

Cecilia Valenzuela