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Nº 58 - 30 de julio de 2008

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Debate “Origen del Universo y los exoplanetas”
De la cosmogonÍa a las SÚper Tierras

¿Por qué seguir buscando si la búsqueda no tiene fin?
Porque la sola búsqueda, como proceso, es lo que da sentido a nuestras vidas.


Monseñor Andrés Arteaga, profesor Dante Minniti, doctora Cecilia Sepúlveda, profesor Félix Mirabel y doctor Norbel Galanti.

Así respondió Monseñor Andrés Arteaga a la pregunta que le formuló uno de los asistentes al debate “Origen del Universo y los exoplanetas”, realizado el 24 de julio en la Facultad de Medicina, un capítulo más de la iniciativa que tiene como fin generar el espacio para poner sobre la mesa temas de real y profundo interés, de manera de enriquecer a toda nuestra comunidad.

Y ese es el objetivo: más que dar respuestas, propiciar preguntas. Fue exactamente lo que pasó luego de las ponencias del doctor Félix Mirabel, r epresentante en Chile de la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO); de Dante Minniti, académico del Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y Monseñor Arteaga, Vice Gran Canciller de esa misma casa de estudios. Sus presentaciones fueron moderadas por el doctor Norbel Galanti, director del Instituto de Ciencias Biomédicas de nuestro plantel.

¿Cómo se compatibiliza la afirmación de un universo en constante expansión con la de un universo finito?

¿Qué sabremos de lo que ocurrirá durante los próximos siete millones de años?

¿Cuándo comienza el tiempo?

El doctor Galanti dijo que ese tipo de cuestionamientos ocupan la mente del hombre desde que éste, parado sobre sus dos pies, se sorprendió y admiró con su entorno, “porque somos animales curiosos, y sistemas vivos que formamos parte real del universo”. Desde ínfimos cambios a nivel celular hasta las imágenes del Voyager 2, son conocimientos que despiertan, asombran y reforman a quien los entiende, porque sólo así se siente parte de un todo que va más allá de cualquier límite imaginable.

Preguntas que también se hizo, y se hace, el profesor Mirabel, quien confesó buscar sus respuestas primero en la filosofía y luego en la astronomía, para derivar en el estudio de los agujeros negros, el descubrimiento de su materia oscura y de que el 90% de la masa del universo es eso: materia oscura. Revisó la formación de estrellas, galaxias y nuestro planeta desde el Big Bang, para llegar a preguntas, otra vez, del tipo ¿Cómo explicar la improbable combinación de constantes físicas y parámetros que hacen posible la existencia del universo y la vida?, que, dijo, se pueden enfrentar desde el creacionismo o desde una “cosmología copernicana y casi darwiniana: nuestro universo es uno de miles, donde las constantes físicas cambian de manera aleatoria, como resultado de la evolución y la selección natural”.

¿Existen otros planetas con vida?

¿Existe vida inteligente?

¿Se descubrirá una tierra extra solar?

Interrogantes planteadas por el profesor Minniti y que respondió, a la primera y a la segunda, especificando que vida como la entendemos nosotros, no, pero que en alguno quizás podría haberla, de hecho informó que se ha calculado que fuera del sistema solar hay más de 300 posibles “tierras”, incluso tres “súper tierras” –similares a la nuestra, pero más grandes-, y que se confirmaría la existencia de la primera dentro de los próximos cinco años. Esto, luego de explicar las metodologías con las que calculan densidad y movimientos de los exoplanetas y de hacer, previamente, una interesante exposición acerca de las características de los planetas que nos rodean, sus anillos y lunas.

¿Cómo creó Dios el mundo?

Monseñor Arteaga explicó que la Biblia no se pronuncia sobre el cómo, “de hecho, esa es tarea de los científicos”, pero sí afirma que “fue hecho por Dios, el todo, con leyes propias, siendo todo bueno y por el amor que Él nos tiene”. Esto, como corolario de un breve análisis del interés de la Iglesia en la materia –“porque la Creación es el fundamento de las obras de Dios, y la pregunta es por el sentido de lo generado”-; su relación actual con el mundo científico, que describió como de diálogo, y refiriéndose, por último, a la teología de la Creación y sus fundamentos bíblicos.

Por cierto, quedaron muchas preguntas por hacer y sin respuesta. Pero esa era la idea, “porque la sola búsqueda es la que da sentido a nuestras vidas”.

Cecilia Valenzuela