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Nº 56 - 15 de julio de 2008

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Decsa propicia el uso de
simuladores para el aprendizaje

  • “Ricardito” es la herramienta clínica facilitada a la Facultad de Medicina con el fin de dar a conocer sus usos docentes.

"Ricardito", el simulador de alta fidelidad.

Con lo que será el futuro Centro Nacional de Habilidades Clínicas en la mira, el Departamento de Educación en Ciencias de la Salud, Decsa, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, realizó una charla taller, dentro de su programa de formación continua, titulada “Contribución de los simuladores en el logro de competencias en Medicina y Enfermería: Emergencias en simuladores de alta fidelidad”.

La iniciativa se efectuó el 7 de julio de 2008, oportunidad en la que la doctora Alicia Vásquez, entusiasta investigadora en la materia, mostró a “Ricardito”, un maniquí facilitado a nuestra institución por la empresa METI, su fabricante en Estados Unidos, que es un simulador de alta fidelidad para el aprendizaje y evaluación de competencias clínicas en las profesiones de la salud.

La doctora Vásquez comenzó explicando que el concepto de simulador se refiere a la técnica de imitar procesos o situaciones con equipos o situaciones análogos, con el propósito de entrenamiento o aprendizaje. Por ello, han sido ampliamente usados desde hace mucho tiempo en distintos ámbitos donde se hace necesario cuando la formación implica riesgos o su frecuencia es escasa.

Según relató la académica, específicamente en Medicina es una herramienta que comenzó a usarse hace algunos años, dada la mejora tecnológica reciente y debido a la necesidad de formar profesionales cada vez más competentes. “Además, el entrenamiento con pacientes, que siempre es indispensable, en ocasiones plantea dilemas éticos; y para otorgar al enfermo bienestar, seguridad y un tratamiento óptimo, el uso de simuladores contribuye eficazmente”.

Luego, explicó que los simuladores integrados, aquellos que imitan a una persona real, se denominan de alta fidelidad pues imitan fielmente patologías y respuestas a tratamientos, poseen un control computacional sofisticado y cuentan modelos fisiológicos y farmacológicos. Sus aplicaciones potenciales facilitarían el logro de aprendizajes o renovación de competencias, la integración de conocimientos básicos y clínicos, la práctica clínica de situaciones complejas, la instrucción individual o grupal en eventos de riesgo o infrecuentes, el adiestramiento de los docentes y la evaluación de prácticas clínicas.

Ricardito respira y habla

El modelo facilitado al Decsa es el llamado Emergency Care Simulator o ECS, que puede ser cinco pacientes, los cuales pueden mostrar 12 situaciones o casos clínicos, escenarios que también se pueden adquirir para instalar o crear. “Ricardito” es especial para su uso en el área cardiopulmonar, por lo cual respira, pestañea, habla –a través de un micrófono que usa el docente- y puede ser inyectado, tomarle la presión y aplicarle diversas intervenciones. Tiene una duración de ocho años, no requiere de mantenciones “y dado que es una herramienta de alto costo, su incorporación debe ser resultado tanto de la intención de la institución, sino fundamentalmente de contar académicos preparados para su uso docente y la integración de estos recursos al currículo de las carreras en que estos recursos puedan contribuir al logro de las competencias”, sentenció la doctora Vásquez.

Según explicó el profesor Manuel Castillo, director (s) del Decsa, este taller fue una primera aproximación a estos temas, con el fin de invitar a los participantes a hacerse parte de un programa de formación que contará con este simulador de alta fidelidad durante el segundo semestre de este año, en el que se planificarán actividades con estudiantes que podrían ser evaluadas para contar con evidencias de aprendizaje en nuestra facultad.

Cecilia Valenzuela