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Nº 55 - 7 de julio de 2008

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

DetecciÓn Precoz de la Esquizofrenia puede evitar casos como el de Rodrigo Orias

  • Los pacientes que comienzan su tratamiento antes de tres meses desde la aparición del primer signo pueden llevar una vida completamente normal. Sin embargo, un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina reveló que la mitad de los casos de no son detectados a tiempo, pues los síntomas pueden confundirse con los efectos del alcohol o las drogas o con los cambios propios de la adolescencia.

Psiquiatra y salubrista Rubén Alvarado.

Una de cada cien personas en Chile padece de esquizofrenia; sin embargo, la mitad de ellas no lo sabe y, por lo tanto, no recibe un tratamiento en forma oportuna. Es el caso del joven Rodrigo Orias, que en julio de 2004 apuñaló al sacerdote Faustino Gazziero y a quien sólo se le diagnosticó la patología tras ese hecho.

La esquizofrenia es una enfermedad mental de origen genético, pero que puede ser desencadenada o agravada por factores de la vida cotidiana, como el consumo de drogas o alcohol o una depresión profunda por algún evento doloroso. Afecta mayoritariamente a los hombres y se presenta habitualmente entre los 15 y los 30 años de edad, sin distinción de nivel educacional ni socioeconómico.

La detección oportuna es vital en el pronóstico de los pacientes, quienes pueden recuperarse totalmente si son atendidos antes de tres meses desde que aparecen los primeros síntomas, según lo comprobó un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile. La investigación, dirigida por el psiquiatra y salubrista Rubén Alvarado, reveló en una primera etapa que, lamentablemente, sólo la mitad de los casos son detectados por los médicos generales en los consultorios de atención primaria.

Ante ello, se diseñó un programa de detección precoz, destinado a entrenar tanto al personal de salud como a los profesores y a la comunidad. “De este modo, buscamos crear conciencia sobre el tema y enseñar a reconocer los síntomas, pues muchas veces éstos se pueden confundir con los efectos del alcohol, de las drogas o con variaciones del ánimo propias de la adolescencia”, explicó el Dr. Alvarado.

El trabajo se realizó en las comunas de Alto Hospicio y La Granja , donde se organizaron talleres con apoyo de guías, folletos y videos con casos reales. Luego de un año, se hizo un seguimiento a los pacientes que consultaron en esas comunas, comprobándose que la tasa de detección de la enfermedad aumentó significativamente.

No a la estigmatización

El académico enfatizó la necesidad de no estigmatizar a las personas que padecen esquizofrenia y de desterrar algunos mitos. El especialista aclaró que una enfermedad mental “no significa que haya un daño cognitivo o de la inteligencia. En la esquizofrenia, la parte del cerebro que no funciona bien es aquella relacionada con la estabilidad del ánimo”, señaló.

Respecto de la sintomatología a la cual la población debe estar alerta, el Dr. Rubén Alvarado mencionó que primero hay que fijarse en cambios pequeños, que pueden parecer extraños, como:

  • La persona está intranquila constantemente, sin un motivo claro.
  • Tiene bajas de ánimo.
  • Pierde interés y abandona actividades que antes le interesaban.
  • Sospecha de todo, se siente “perseguida”.
  • Muestra cambios evidentes en el aseo personal o la manera de vestir.
  • Se aísla socialmente, pierde a sus amigos.

Luego están los síntomas más característicos de la enfermedad, que van apareciendo con el tiempo:

  • Delirios: ideas que están fuera de lugar y sobre las cuales no hay cómo convencer a la persona de que no son ciertas.
  • Alucinaciones: el enfermo puede escuchar voces, ver o sentir cosas que no existen.
  • Conducta extraña: comportamientos no habituales o cambios en la personalidad.
  • Afecto aplanado: deja de expresar sentimientos a través del cuerpo; su rostro y su mirada se vuelven inexpresivos.
  • Pérdida de motivación: no se entusiasma con nada, se muestra sin ganas de salir, de trabajar, estudiar ni divertirse.
  • Aislamiento social: pierde el interés por reunirse con sus amigos y su familia.

También –y aludiendo al caso Orias- destacó que las personas con esquizofrenia no son agresivas ni violentas, “al menos, no más que cualquiera de nosotros”. Explicó que, cuando se examinan las cifras de violencia general, la atribuible a personas con trastornos mentales es menos del 5% del total. La violencia es una expresión de un mal tratamiento o de una ausencia de él”, puntualizó.

El Dr. Alvarado señaló que el hecho de que exista una persona con esta enfermedad, no significa que todos la padezcan en la familia. “Pueden existir antecedentes familiares de personas que han vivido la enfermedad o que han tenido los síntomas, y en esos casos hay que estar alerta. Existe la probabilidad de que algún hijo presente la enfermedad, pero eso es sólo una posibilidad, no una certeza absoluta”.

En cuanto a las alucinaciones o delirios, sostuvo que “si se presentan sólo cuando la persona está ebria, no es esquizofrenia. Si estos síntomas se repiten cuando está sobria o se mantienen por varias semanas las ideas extrañas o las visiones o voces, podemos estar estemos frente a un caso de esquizofrenia”.

Daniela Araneda