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Nº 54 - 30 de junio de 2008

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Realizan simposio sobre muerte encefÁlica

A salón lleno se realizó el viernes 27 de junio el “Simposio Muerte Encefálica y su Implicancia en la Práctica Médica ”, al que asistieron más de 80 profesionales de la salud de Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Santiago, Talca, Concepción y Valdivia.


Doctores Fernando Novoa, Jaime Godoy, Oscar Espinoza, Jaime Lavados,
José Luis Castillo y Manuel Lavados.

Durante la actividad, que fue organizada por la Universidad de Chile, el Hospital del Salvador y la Corporación de Fomento del Trasplante, los especialistas abordaron diversos temas de máximo interés, entre ellos: criterios diagnósticos de muerte encefálica, sus efectos fisiopatológicos, exámenes complementarios para el diagnóstico y realidad del procuramiento y trasplante de órganos y tejidos. Asimismo, la mesa redonda “Bioética y muerte encefálica” despertó gran interés entre los asistentes, incluidos neurólogos, becados y enfermeras.

En tanto, el director Nacional de la Corporación del Trasplante, doctor José Luis Rojas, recordó que actualmente hay una lista de espera de 1.600 personas que, para el 2010, se calcula aumentará a 2.500. “Es importante que a nivel de todo el país incrementemos la detección de potenciales pacientes con muerte encefálica y que haya suficientes neurólogos para diagnosticarla”, puntualizó.

Al respecto, el director del Instituto de Neurocirugía, doctor Jaime Lavados, quien estuvo a cargo de realizar la introducción del simposio señaló que, efectivamente, el procuramiento de órganos debe ser más ágil y oportuno en Chile. “La muerte encefálica es un tema complejo que requiere mayor información y educación social”, planteó.

Exámenes adicionales

Aunque hace más de 40 años la Universidad de Harvard estableció los criterios de muerte encefálica que permiten desconectar a los pacientes del respirador artificial y, eventualmente, donar sus órganos, los especialistas del mundo aún no se han puesto de acuerdo en definir cuáles son los exámenes de laboratorio más adecuados para corroborar este diagnóstico clínico.

De hecho, los países tienen legislaciones diferentes: “Todos están de acuerdo en los criterios clínicos pero no así en el uso de elementos adicionales de laboratorio para el apoyo diagnóstico”, comentó el director del Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, doctor José Luis Castillo.

Durante su presentación el médico resaltó que todo neurólogo y neurocirujano debiera estar en condiciones de diagnosticar la muerte encefálica reconociendo los criterios clínicos. Sin embargo, en ciertos casos, sobre todo cuando hay traumatismo de cara y cráneo, lo que hace imposible ver los reflejos de los ojos, se recomienda llevar a cabo exámenes adicionales.

El más clásico y masificado es el electroencefalograma, sin embargo, según dijo, tiene ciertas limitaciones: “Un paciente con sedación profunda puede aparecer sin actividad eléctrica. De hecho, este examen sería uno de los menos adecuados para confirmar la muerte encefálica, a pesar de que está muy institucionalizado en nuestro país”.

Los otros exámenes que se emplean para el diagnóstico son variados e incluyen los potenciales evocados, que miden la actividad eléctrica del tronco cerebral, y estudios destinados a analizar la circulación del cerebro, que debiera ser inexistente en estos sujetos. Eso incluye la angiografía cerebral y el doppler transcraneal.

“A pesar de las nuevas tecnologías y los avances de la ciencia, la sensibilidad y especificidad de estos exámenes es un punto que no está ciento por ciento zanjado, lo que se comprueba en el hecho de que su uso no se ha estandarizado a nivel global”, plantea el doctor Castillo.

El neurólogo señaló que, según sus revisiones científicas, los estudios de medicina nuclear, específicamente el SPECT, sería la herramienta más adecuada para chequear el nivel de perfusión del cerebro. “Lo que hace es penetrar en las neuronas determinando si hay ausencia de flujo, es decir, advierte si la sangre está llegando a los tejidos, para lo cual se usa un radiofármaco endovenoso, lo que es bastante menos invasivo que realizar una angiografía, la cual obliga a entrar en la arteria del paciente”.

El SPECT, que señala si hay o no irrigación del cerebro, no está disponible en todos los servicios porque los hospitales no siempre cuentan con unidades de medicina nuclear. “Por lo tanto, creo que es muy importante que los médicos estén preparados y dispuestos a realizar el examen clínico y que consideren que los estudios de laboratorio son sólo una ayuda adicional, sobre todo porque el número de trasplantes se ha reducido en el último tiempo, lo que implica que cada vez son menos las personas que tienen la oportunidad de recibir el aporte generoso de los donantes”, apunta el doctor Castillo.

Cecilia Coddou