Con la presencia de la decana de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, doctora Cecilia Sepúlveda, se inauguró la jornada internacional “Estilos de aprendizaje: educación y neurociencias”, en que participaron profesionales de España, Argentina, Bolivia y Chile.
Participantes nacionales y extranjeros en el curso
Estilos de Aprendizaje Educación y Neurociencias. |
La actividad, llevada a cabo entre el 24 y 25 de junio en el Campus Norte, fue organizada por el académico del Instituto de Ciencias Biomédicas, doctor Sergio Mora, quien es coordinador iberoamericano del Proyecto Conjunto de Docencia Estilos de Aprendizaje de los Alumnos de Medicina en Distintos Contextos Curriculares y Geográficos, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).
Durante la reunión, a la que asistieron alrededor de 130 personas de distintas regiones de Chile, la decana destacó que las universidades están llamadas a potenciar las investigaciones vinculadas al aprendizaje, para así facilitar la formación de las nuevas generaciones. Esto es especialmente relevante si se considera que los profesionales, particularmente los de la salud, tienen que continuar capacitándose a lo largo de toda su vida para otorgar una atención de calidad a sus pacientes.
Entre los temas que se abordaron durante el encuentro universitario se incluyeron: estilos de aprendizaje en facultades de medicina, plasticidad neuronal, la neuroanatomía del aprendizaje, estructuras no corticales involucradas en la cognición, ciencias cognitivas y tecnologías de la información.
Estrés y aprendizaje
En la ocasión, el doctor Sergio Mora señaló que “el estrés moderado facilita el aprendizaje porque deja más alerta a los estudiantes para captar la nueva información que están recibiendo”.
Añadió que si el estrés es muy intenso y prolongado, y el sujeto no encuentra una estrategia para salir del problema, entonces la liberación excesiva de sustancias químicas terminará perjudicando la actividad cerebral y destruirá sus neuronas.
De ahí que se propugne crear ambientes educativos en que no haya una carga de estrés excesiva porque ello perjudicaría el desempeño individual. “Así lo hemos constatado en nuestros trabajos y en estudios internacionales en que los animales sometidos a estrés tienen más dificultad para aprender cosas nuevas”, dice.
El investigador planteó que es necesario aprovechar el conocimiento que se tiene sobre esta materia para facilitar la educación significativa: “En un estudio se vio que los estudiantes que eran sometidos a un estrés moderado antes de realizar sus pruebas mejoraban el rendimiento, ya que se ponían más atentos y liberaban neurotransmisores”.
Asimismo, destacó que hay un componente muy importante en el aprendizaje que es la emoción. “Además del hipocampo hay una estructura en el cerebro, llamada amígdala, que evalúa el grado de emocionalidad de aquella información que está recibiendo el individuo, clasificándola, asimismo, como negativa o positiva”.
El académico rescató que se aprende mejor aquello que es satisfactorio. “Por eso es tan importante que al enseñar provoquemos un cambio emocional en el alumno, para que así asocie aquello que le estamos informando con sus intereses, creencias y motivaciones”, apuntó.
Cecilia Coddou
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