Trasparencia y ahorro. Esas son las grandes ventajas que Cristián Nabalón, subdirector de Servicios de la Facultad de Medicina, percibe del sistema de adquisiciones Chilecompras, a un año de su implementación en el plantel. Trasparencia, porque dice que “derriba el mito referido a que habían proveedores fijos, pues esta metodología permite encontrar la mejor oferta para un requerimiento entre distintas empresas”, y ahorro, “porque, ante productos de igual calidad y características, podemos recibir proposiciones más convenientes, casi como en un centro comercial”.
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Así es como pasaron de cinco solicitudes diarias de transacciones que tramitaban en junio de 2007, a 50 diarias. Para ello, han capacitado a más de 100 funcionarios administrativos de apoyo a la docencia y la investigación, con el fin de que utilicen el formulario publicado en el portal del Centro de Servicios, que explica y diferencia los tipos de adquisiciones que se pueden efectuar –ya sea según monto, trato con proveedor único o trato directo de emergencia- aclara los plazos de entrega y detalla los documentos o especificaciones que se deben detallar.
Este formulario, señala Nabalón –que ha sido percibido como muy fácil y amistoso por los usuarios, añade- es el que canaliza los requerimientos de los usuarios hacia el ejecutivo de Servicios, quien lo deriva a la unidad de abastecimiento, encargada de publicar esta oferta, recibir respuestas de los posibles proveedores y hacer una tabla comparativa para que el usuario elija la más conveniente, para así declarar licitada la oferta.
La mayor dificultad que han enfrentado, explica, es que al ser un procedimiento normado en varios pasos y que requiere de respaldos administrativos, tiene plazos de entrega un poco más largos, por lo que los usuarios deben planificar con antelación sus compras, “y eso tiene que ser interiorizado por ellos”.
El gran desafío actual, sentencia, es capacitar a los académicos e investigadores en este sistema, pues ellos son quienes podrían encontrar dificultades en el uso de recursos asignados por fondos concursables: “es común que, en un proyecto, haya dineros a nombre del propio investigador, quien puede usarlos en compras directas; y otras cifras, a nombre de la Universidad de Chile, que se deben usar a través de este sistema. Por eso se confunden, pero puede resolverse con capacitación, lo que también contribuirá a instalar esta nueva forma de hacer las adquisiciones”.
Cecilia Valenzuela |
