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Nº 47 - 21 de abril de 2008

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Fue solicitado por los propios jÓvenes
Por primera vez alumnos de medicina
reciben curso de fitofarmacologÍa

Como un hito histórico calificaron los académicos del Programa de Farmacología Molecular y Clínica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, Sandro Bustamante y Miguel Angel Morales, la realización del curso de formación general “Fitofarmacología”, que se impartirá durante todo este semestre a los alumnos de IV año de medicina.


Los académicos Roberto Gallardo, Miguel Angel Morales y Sandro Bustamante con los alumnos de Medicina.

La actividad, que fue solicitada por los propios estudiantes y que se está brindando por primera vez en la facultad, tiene como objetivo que los jóvenes conozcan los paradigmas en que se sustenta el uso racional de los fitofármacos, que son los mismos que constituyen los pilares fundamentales de la farmacología tradicional.

“Queremos desmitificar este punto y explicarle a los estudiantes que, por ejemplo, al incrementarse la dosis de un fitofármaco se aumentará su respuesta, de la misma manera que el origen natural de éstos no implicará que sean inocuos o que se descarte su interacción con otros medicamentos”, explica el profesor Bustamante, quien es el director del curso.

Añade que durante las clases se explicará cuáles fitofármacos tienen respaldo científico sólido, analizando para ello los estudios clínicos que han sido publicados por revistas de gran impacto. “Queremos desarrollar en los jóvenes un espíritu crítico que les permita usarlos en forma racional, es decir, no como un producto alternativo, sino como una herramienta más dentro de la batería farmacológica que hoy está disponible en el mercado”, apunta.

En tanto, el profesor Miguel Ángel Morales destaca que en Chile, contrario a los avances mundiales, la formación médica no contempla el uso de plantas medicinales o de medicamentos que extraen los principios activos de ellas. “Muchos profesionales de la salud creen que tienen efecto placebo, que son inocuos y no cumplen una función terapéutica, desconociendo abiertamente que en las mejores revistas de medicina se publican artículos clínicos y preclínicos sobre fitoterapia”, apunta.

Reconoce, eso sí, que dentro de la asignatura regular de Farmacología, que se imparte en el tercer año de Medicina, por primera vez se incluyó este semestre, una clase sobre el tema, lo que a su parecer es un gran avance, sobre todo porque también se ha planificado la realización de un seminario que abarcará fitofármacos y el cuadro básico de plantas que ha autorizado recientemente el Ministerio de Salud.

“La resistencia que hemos encontrado al interior de la facultad se da en todo el país y, probablemente, responde al desconocimiento que se tiene sobre el tema. Nosotros venimos trabajando en esto desde la década del '90 y mediante cursos de extensión, investigaciones, tesis con estudiantes de las carreras de la salud y clases puntuales hemos tratado de transferir estos conocimientos pero no ha sido fácil”, reconoce el profesor Bustamante.

Por eso valoran la iniciativa de los alumnos de medicina que el año pasado se acercaron para pedir formalmente la asignatura. “Ellos se han dado cuenta que necesitan tener información sobre los fitofármacos porque la población los utiliza. Por eso las clases que les estamos ofreciendo, junto a los profesores Miguel Angel Morales y Roberto Gallardo, no son sólo expositivas, también tienen muchas actividades prácticas e incluyen la realización de un trabajo de investigación”, comenta Sandro Bustamante.

Los 16 jóvenes que tomaron el curso piloto evaluarán la asignatura una vez que esta finalice con el propósito de hacer los ajustes necesarios para el 2009. Asimismo, los profesores esperan expandir la actividad a las otras carreras del área de la salud. “Les estamos enseñando que la fitofarmacología se sustenta en las bases universales de la farmacología, esto es, en la farmacodinamia y farmacocinética, y que no es subjetiva, irracional o mágica”, puntualiza Miguel Ángel Morales.

Los alumnos opinan

Claudia Villar, estudiante de IV año de Medicina, señala que le pareció importante optar al curso porque la cultura sanitaria del país incluye variados conocimientos sobre plantas medicinales que se traspasan de generación en generación y que provienen de los pueblos originarios. “Quería saber cuáles son mitos y cuáles no, de hecho esperamos instalar un huerto en la facultad para cultivar estas plantas”, plantea.

Añade que lamenta el desinterés general de los académicos por ofrecer estos cursos, situación que se replica a nivel nacional. “Es un gran vacío que nos va a pasar la cuenta en la práctica clínica”, dice.

En tanto, Roberto Hevia, uno de los alumnos que solicitó la actividad formativa, agrega que le parece muy interesante conocer los efectos de ciertas plantas en enfermedades prevalentes de la población, como son la hipertensión, diabetes y patologías respiratorias. “Los laboratorios se hacen millonarios y eso genera una dependencia inhabilitante para el usuario. La gracia es que la población pueda hacerse cargo de su propia salud con productos que son más baratos y accesibles”, comenta.

Asimismo, destaca que los médicos en formación deberían interesarse en este tema: “Venimos de una cultura popular, tenemos que desestigmatizar la medicina alternativa y demostrar que es complementaria”, acota.

Cecilia Coddou